Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas.
Sir Francis Bacon
Más que sorpresiva, peculiar resultó la manera en la que se llevó a cabo la detención del exjefe de la Policía Federal Facundo Rosas Rosas, luego del atropellamiento por accidente en el que murió una mujer.
Al parecer fue él mismo quien llamó a la policía para dar aviso de los hechos y quien solicitó apoyo de una ambulancia, seguramente sin imaginar que horas más tarde el también asesor en materia de seguridad e inteligencia para empresas multinacionales y columnista quincenal del periódico El Heraldo de México sería trasladado a un penal federal en Sonora, acusado de tráfico de armas por el operativo Rápido y furioso.
No sobra recordar que dicho caso, más que haber quedado “archivado”, como lo mencionó el presidente López Obrador en su conferencia mañanera, es uno que quedó cerrado para Estados Unidos, quien terminó por reconocer su responsabilidad y errores, que tuvieron como consecuencia el desastroso final de aquella historia.
Rápido y furioso fue un operativo instrumentado por la oficina de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de Estados Unidos, la AFT, y fue una operación unilateral de aquel país, donde las contrapartes mexicanas siempre sostuvieron no estar enteradas, lo que generó aquella escandalosa tensión en el sexenio de Felipe Calderón.
Llama particularmente la atención que ahora que se desempolva el caso las pesquisas quedan centradas en funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública.
En aquel entonces, dicha investigación también era parte de las responsabilidades de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República…
Se abren nuevamente muchas interrogantes al respecto de los personajes que actualmente están siendo señalados; los que no, y ¿por qué no? Y es que 11 años después cuesta trabajo dejar de lado ese tan inconfundible olor político de revancha, que también se percibe (y en año electoral)…
Pero vamos a los hechos ocurridos la mañana del jueves 27 de enero en Avenida Insurgentes y Eje 10, en la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México:
“Vía frecuencia de radio se emite la emergencia de una persona atropellada en las calles antes mencionadas, por lo que de manera inmediata nos trasladamos al lugar”, dice la tarjeta informativa generada por el sector San Ángel, alcaldía Álvaro Obregón, dependiente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Los hechos fueron reportados a las 7:30 de la mañana.
Facundo Rosas Rosas, responsable del incidente, permaneció todo el tiempo en el lugar, hasta que llegaron las autoridades y la ambulancia que él había solicitado, es decir, no intentó escapar ni evadirse de la autoridad.
¿Sabía que existía una orden de aprehensión en su contra? La lógica nos dice que no.
Pero un par de fragmentos de una columna firmada por él en el portal News Report MX apenas días antes de su detención, sobre los resultados de las investigaciones de la tragedia de Tlahuelilpan a tres años de los hechos, al menos a mí me hacen pensar que, si no sabía de cierto, lo sospechaba:
“Ah, pero no fueran los enemigos de la autodenominada 4T, porque los estarían atacando desde diversos flancos hasta hacerlos aparecer como culpables…
“No fueran los responsables de permitir que autoridades estadounidenses dejaran correr las armas del programa Rápido y furioso hacia territorio mexicano, porque quieren cargar hasta con quienes suponen que participaron en las reuniones donde autoridades estadounidenses informaron del operativo en curso”.
Nadie tenía en el radar que hubiera alguna orden de aprehensión en contra de Rosas Rosas, quien era el único de los cercanos a Genaro
García Luna que no había estado nunca sujeto, o al menos no que se supiera, a ningún proceso, acusación o señalamiento.
Lo cual no significa, claro, que no lo fuera a estar. Quizá la orden de aprehensión estaba ahí, pero en espera de un mejor momento para anunciarse.
Quizá el atropellamiento del que Rosas Rosas fue responsable cambió los tiempos dentro un proceso que se encuentra en curso, para él y para algunos otros…
¿Cuál es la razón exacta por la cual la Fiscalía General de la República está reabriendo el caso del operativo Rápido y furioso con este ímpetu desde inicios de este año? No lo ha revelado.
El señalamiento a Facundo Rosas Rosas por el delito de tráfico de armas es algo que la Fiscalía General de la República tendrá que acreditar para poder vincularlo a proceso.
Esta semana será clave para determinar la situación del acusado, pero sobre todo las acciones de la Fiscalía; con la esperanza de que sucedan en estricto apego a las leyes, sin duda revelarán la dirección exacta de esta flecha.
@monicagarzag
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