Por Mónica Hernández
De antemano, una disculpa a todas aquellas personas que no viven en la ciudad de México, porque esta reseña nace de una campaña callejera de exteriores (OOH, por su nombre técnico) que surgió como un ejercicio de marketing y que nos demuestra, una vez más, lo que se puede conseguir con un muy buen brief y un grupo de creativos. Sí, esos bichos raros que lanzan ideas a lo loco en papelitos autoadherentes, mientras toman cafés sofisticados y manosean juguetes en una sala de reuniones informal, tal vez sentados en el suelo y vestidos con camisetas y zapatos deportivos (sí, extraño). ¿La premisa? Demostrar el poder de los medios exteriores y que éstos también son viralizables.
Desde la agencia Montalvo, a solicitud de JCDecaux México se propusieron divertirse. Pero no nos hagamos reses: lo que más nos divierte es el de enfrente. Así que decidieron tomar a los ciudadanos de esta sufrida CDMX de su burla. Así como lo oyen. Y caímos todos, al menos, todos los que tenemos que salir a la calle (yo, rata de biblioteca, detesto tener que salir de mis rincones).