Por Nurit Martínez
Una vez más nos ocurrió. Un grupo de jóvenes talentosos para las matemáticas tuvo que navegar contracorriente para obtener apoyos de hasta por debajo de las piedras y llamar la atención para poder ir a una competencia internacional en representación de México. Todo esto porque si los deportistas de carrera son obligados a vender tupper, para quienes van a concursos del conocimiento la batalla es mayor.
Años van y vienen y la juventud que se enrola en esa ruta por representar a nuestro país en certámenes del conocimiento en Matemáticas, Biología, Física o Química se presenta más con el apoyo de los padres de familia o de apoyos locales y patrocinadores.
Por años se ha insistido en que el gobierno federal y los gobiernos estatales debieran apoyar estos esfuerzos y talento aislado, pero no solo se trata de armar una bolsa y hasta etiquetarla en el presupuesto anual.