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Por Nurit Martínez

¡Qué bueno que van a desaparecer al INAI! ¡Que lo desaparezcan ya! En menos de una semana, dos personas me dijeron, con más rencor que enojo, que la cantidad de trabajo generado en sus áreas para dar respuesta a las peticiones no proviene de ciudadanos ni periodistas acuciosos, sino de grupos políticos que buscan contar con información clave de la administración central.

Si uno escucha esas frases sin conocer lo que hay detrás de esa queja burocrática, parecería que forman parte de quienes se sumaron a respaldar el argumento que, en el mismo sentido, hizo hace meses el presidente Andrés Manuel López Obrador en su propuesta para desaparecer al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Se trata de los responsables de dar respuesta a cientos de solicitudes de información que han llegado a sus áreas para proporcionar copias de contratos, contrataciones, facturas, convenios y cargos a la nómina, entre otros.

La queja es porque ello ha generado el pago de horas extras a quienes deben realizar la recolección de información, luego clasificarla, hacer copias y testar cada documento para cuando se incluyen datos personales.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.