Document
Por Nurit Martínez

¿Qué futuro le espera a México en los próximos seis años?, ¿qué futuro nos espera?, es la pregunta recurrente en muchos espacios después de estos primeros días de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, las respuestas a ello son difíciles si la mitad de la población labora en la informalidad.

Eso implica que alrededor de 32.1 millones mexicanos han tenido que desarrollar acciones para generarse un ingreso, 58 de cada 100 son mujeres jóvenes, adultas mayores, que trabajan en el campo, son trabajadoras domésticas, provienen de comunidades indígenas y tienen bajos niveles educativos.

Como consecuencia de esa condición el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha revelado que más de un tercio de los mexicanos no puede cubrir el costo de la canasta básica de alimentos.

En la Evaluación integral de la política social vinculada al derecho al trabajo 2023-2024 hay más de otros datos y evidencias contundentes del impacto de la política social de entrega de recursos directos “al pueblo bueno” durante la Cuarta Transformación.

En el documento hay un análisis que no debe ser condenado al archivo por los diseñadores de la política social en la administración que ha iniciado hace 20 días, incluye un análisis puntual con datos precisos, no con otros datos, sobre las condiciones de la población.

Uno de ellos es contundente, mientras el ingreso promedio de las personas que están contratadas en la formalidad es de 10 mil 280 pesos, los que están en la informalidad obtienen 5 mil 51 pesos mensuales, sólo que estos últimos deben agregar el pago de vivienda, salud y el impacto del rezago en los servicios de las localidades en donde habitan.

Dotar de dinero a la población en los últimos cinco años no disminuyó la incertidumbre de las familias respecto al riesgo de seguir en la pobreza y, menos aún, hizo que salieran de esa condición, eso es una evidencia contundente. ¿Qué se hace frente a eso? ¿Seguir dotando 3 mil pesos mensuales a quienes están inscritos en algún programa social?

Hasta ahora no hay un plan, una estrategia evidente para poder ir incorporando a quienes dentro de la informalidad sí pueden ir creando un esquema de aportaciones para el retiro, para fortalecer un sistema de seguridad social pero también de atención a la salud.

Hasta ahora no se advierten medidas que estimulen entre la juventud su incorporación a nuevos esquemas de ahorro para el retiro. Se quiere impulsar la vivienda sin tener un esquema claro sobre el empleo.

La población en la informalidad, con trabajos temporales, debe ser un objetivo de la actual administración y eso empieza por acciones que prevean qué hacer para elevar el nivel educativo de todos ellos o al menos acciones de capacitación que los lleve a mejores condiciones salariales e incluso de contratación.

Es ahí, con ese grupo de la población en el que se incluye a las personas con discapacidad, en donde se cometen los mayores abusos al momento de la contratación, a ellos se les paga a destajo, por productividad, se les obliga a rotar en el empleo para no generar antigüedad. Hay quienes a cambio de un trabajo son obligados a trabajar hasta 55 horas semanales.

A todo ello que analiza Coneval se suma que 3.7 millones de niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años están registrados con un empleo, siendo que hay claras violaciones a sus derechos porque muchos de ellos son forzados dado que su familia se emplea en el campo.

La reflexión es amplia y merece no quedarse en el papel, es la realidad puntual para la cual debieran brindar respuestas claras del gabinete social.

Como corolario baste decir que miradas como esta, tan precisa sobre una vertiente de las condiciones sociales precarias en el país penden de un hilo o más bien de la espada de la muerte que ha planteado la Cuarta Transformación al Coneval, con su posible desaparición.  ¿El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum seguirá por el camino de los otros datos?

audio-thumbnail
🎧 Audiocolumna
0:00
/227.304

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.