Por Nurit Martínez
¡Ya no salgas de noche!... O si lo haces, ten mucho cuidado. Circula por las avenidas principales, no lo hagas por las colonias.
¿Ya viste que ahora cierran más temprano? “Ya no podemos ir ahí, casi es hora de que cierren.” Frases como estas las he escuchado en las últimas semanas cuando intenté reunirme con alguien para cenar.
Aunque los restaurantes en plazas comerciales parecían una alternativa, muchas de estas, después de las ocho de la noche, son espacios fantasma. Solo se ven algunas parejas saliendo del cine o personas apresuradas camino al estacionamiento.
Los casos de asalto, robo de autopartes y la creciente sensación de inseguridad en la Ciudad de México —basados en experiencias de amigos, familiares y medios de comunicación— parecen haber aumentado.
En las últimas dos semanas, tomé tiempo para observar qué sucede en distintos puntos de la ciudad. Vi cómo familias, jóvenes y parejas cambian sus actividades nocturnas. Muchas zonas se vuelven oscuras y desiertas, desalentando el caminar por las colonias.
Antes de las nueve de la noche, lugares como tienditas, fruterías, tintorerías, comercios y taquerías están casi vacíos.
Desde Insurgentes Sur, Perisur, avenida Universidad, hasta zonas como Del Valle, Nochebuena, Nápoles, Portales y Narvarte, la situación es la misma: locales cerrados temprano, sin una razón aparente según sus empleados.
La misma percepción se repite en colonias como la Condesa, Roma, Centro, Anáhuac y Lindavista. Las calles mal iluminadas se convierten en espacios inseguros. Caminar por la ciudad ya no es opción.
El único movimiento constante es el de motociclistas que circulan velozmente, incluso en zonas cerradas como Coyoacán.
Las plazas comerciales, antes refugios nocturnos, ahora reflejan inseguridad. Según la Asociación Mexicana de Plazas Comerciales, el robo y las extorsiones aumentaron un 40% en tiendas de autoservicio durante el último año. Además, en los 200 centros comerciales del país, mil 400 locales pagan cobro de piso, representando hasta el 25% de las utilidades de los negocios.
La Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes también reporta que 8 de cada 10 comerciantes han reducido horarios, cierran temprano o limitan el acceso a ciertos clientes como medida preventiva.
Mientras tanto, las instancias de seguridad pública no parecen registrar este cambio en las rutinas de los capitalinos. Ceder espacios públicos y refugiarnos en casa parece ser nuestra respuesta ante esta percepción de inseguridad.
Durante mis recorridos por la ciudad, me pregunté si este cambio es una estrategia de seguridad promovida por las autoridades o simplemente el contagio de un sentimiento generalizado del que nadie quiere hablar.
Recordemos que así comenzaron los cambios en la socialización de lugares del país que hoy están gravemente afectados por la delincuencia organizada.
Además, la forma en que salimos también ha cambiado. Ahora preferimos salir ligeros, con una o dos tarjetas de pago con límites bajos. En estas fiestas de fin de año, ser minimalistas en el vestir y sobrios en nuestras interacciones se ha vuelto una necesidad.
Son pequeños cambios en nuestra conducta social, reflejos claros de una percepción de inseguridad que no podemos ignorar.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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