Por Nurit Martínez
La táctica acción-negociación-movilización de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) está en marcha y este movimiento social en contra del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo apenas inicia.
El magisterio disidente y sus aliados van por todo y todo significa las demandas acumuladas en el último cuarto de siglo, por lo que pretenden que el gobierno del segundo piso de la Cuarta Transformación resuelva eso, lo que ahora provoca que el equipo de Sheinbaum no encuentre la forma de detener al monstruo creado desde el ISSSTE por Martí Batres.
Resulta poco creíble que en el equipo de la presidenta y, en particular, con las habilidades políticas del director del ISSSTE, Martí Batres, se pasara por alto una estrategia política de la CNTE que ha sido rentable para ese grupo y sus dirigentes durante más de 45 años: acción en las escuelas con organización y presencia en la plaza pública para luego presionar a cualquier gobierno local o federal para iniciar la negociación.
Como en la mayoría de los casos, la respuesta inicial de cualquier gobierno no les satisface (puesto que nadie en su sano juicio aceptará un incremento salarial del cien por ciento para más de un millón 700 mil trabajadores en automático) y eso se vuelve en un caldo de cultivo fructífero para convencer a la base de que el gobierno en turno ignora a los maestros.
En efecto, se trata de una bandera rentable pero la fórmula ha pasado, a estas alturas, por los gobiernos de cualquier color político en el país: rojos, azules, verdes, naranjas y, tal como se lo aplicaron al presidente Andrés Manuel López Obrador se lo pretenden aplicar a la mandataria a la que la misma clase política morenista le tiene muchas dudas.
Acción-negociación-movilización es la fórmula infalible para amagar, presionar y poner contra las cuerdas a cualquier gobierno y eso lo sabe la CNTE y por eso sus demandas adicionales al incremento salarial: revertir la reforma al ISSSTE, no solo la iniciativa Batres sino también la de 2007, es decir pedir que la jubilación sea posible a los 56 años de edad cumplidos para las mujeres y de 58 años para los hombres.
Eso significa que después de 28 años de servicio en la administración pública las mujeres estén en condiciones de jubilarse y los hombres a los 30 años de labor comprobable.
La otra demanda es acabar con la jubilación equivalente en UMAs y regresar al pago equivalente en salarios mínimos. En materia educativa que su propuesta educativa sea considerada como política alternativa en los programas educativos, como si lo que han practicado en Oaxaca y Guerrero hubiera arrojado ciudadanos y profesionales con los mejores resultados en el país.
Además piden acabar con el actual sistema de ingreso, promoción y ascenso en el escalafón magisterial, porque para la CNTE es mejor heredar las plazas en las escuelas de educación básica, que todo egresado de las normales tenga un trabajo en automático y que subir en el escalafón escolar sea a partir de puntos por participar en las marchas, plantones, empujones y enfrentamientos contra las policías locales, como lo han hecho en los últimos 45 años.
La presidenta, su equipo y en particular el director del ISSSTE, Martí Batres, pasaron por encima esta estrategia de negociación probada con todos los gobiernos y exacerbada en el de Enrique Peña en 2012 y al inicio de 2013 cuando ahorcaron la Ciudad de México con bloqueos similares a los de la semana pasada para acabar con la reforma educativa. Solo que ahí Morena sacó raja, aprovechó el descontento magisterial y logró la movilización electoral y alianza política para ganar, seis años después, la elección presidencial, los gobiernos locales y congresos estatales.
Pero eso no acabó con la ambición y la estrategia de la CNTE, al no conseguir todo en sus demandas, pese a los espacios y prebendas en los gobiernos locales donde tiene mayor presencia: Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, logró presionar al presidente López Obrador en Chiapas el 7 de agosto de 2021, al impedirle llegar a su conferencia mañanera en la sede de las fuerzas armadas.
El presidente respondió con indiferencia por años a la presión de la CNTE, pero en el nuevo gobierno y con el liderazgo cuestionado de la presidenta, la Coordinadora pone a prueba a Sheinbaum y ahí la disyuntiva surge: ¿de qué lado estamos los ciudadanos? ¿De lado de quién le conviene a los maestros? ¿De lado de quién le conviene a la educación y a México?
Por ahora se pronunció por el lado de la legalidad, de construir un proyecto educativo que suba el rendimiento de maestros, alumnos, que dote de infraestructura necesaria a las escuelas y mejores niveles salariales de los maestros frente a grupo, por acabar con el abuso del SNTE y la CNTE, así como construir un sindicalismo de derechos y defensa de los trabajadores. Las prebendas deben ser cosa del pasado. La educación y el interés político deben estar separados así como López Obrador acabó con el vínculo empresarial-político.
Por si fuera poco, hay quienes al interior del gobierno creen que el primer conflicto social de este gobierno no es casualidad sino una apuesta del director del ISSSTE para negociar mayor presencia en la administración federal, entre otras, que su hermana "la ministra del pueblo", Lenia Batres, sea favorecida con la presidencia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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