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Por Nurit Martínez

En seis semanas más veremos llegar ante las urnas a poco más de 15 millones de jóvenes primer-votantes que son al mismo tiempo el fruto de la democracia mexicana tras 24 años de alternancia política y observar sus preferencias será una de las primeras lecciones de la incipiente democracia mexicana.

Lo que se vislumbra en esta generación nacida entre 2001 y 2006 no es diferente aquellos que hoy son mayoría en el padrón electoral y se formaron bajo las prácticas del partido único.

En estos años, a pesar del cambio de reglas y la presencia de un mejor árbitro, muchos de los actores políticos no cambiaron, lo peor es que tampoco fueron otras prácticas de los partidos, tales como la violencia entre candidatos, personajes acartonados, los mismos candidatos de siempre y solo cambiaron de camiseta, brincando de una opción a otra cuando no fueron postulados por sus mentores políticos.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.