Por Nurit Martínez
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México tendrá en Claudia Sheinbaum a la primera mujer presidenta con la virtud de que al mismo tiempo es científica. De ella se espera un nuevo liderazgo político, dado que ella es producto de los movimientos estudiantiles que defendieron a grupos vulnerables y formados en la verdadera izquierda mexicana.

Más allá de que en las próximas horas veremos cuestionado el papel del Instituto Nacional Electoral (INE) por retrasar al menos en cuatro ocasiones de este proceso salir y dar a conocer los resultados preliminares por medio de conteo rápido de la votación, la legalidad y la legitimidad de la elección viene de la certeza de la amplia participación de la ciudadanía y de la confianza en las encuestadoras que al unísono se pronunciaron por un resultado contundente para declarar a la candidata de la Cuarta Transformación como la virtual ganadora.

Es importante centrarnos en la figura de la que será la presidenta de México para el periodo 2024-2030. Ella, a diferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, sí encarna a la izquierda mexicana, es producto de esa corriente.

Sheinbaum, quien en breve cumplirá 62 años, fue formada desde la cuna en la izquierda que protagonizó la construcción del Partido Comunista en México en donde militó su padre el ingeniero químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz, tras su llegada a nuestro país en los años 40 para apoyar movimientos obreros, campesinos y estudiantiles. Mientras su mamá la profesora emérita y bióloga Annie Pardo aportó esa parte de la ciencia y las artes a su perfil.

La formación de Claudia Sheinbaum en una familia judía procedente de Lituania trazó las líneas de su personalidad crítica, alejada de dogmas, que maduró en los movimientos estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde el bachillerato y más tarde en la Facultad de Ciencias y el Instituto de Ingeniería.

En los últimos meses se ha destacado la participación activa de la estudiante Claudia Sheinbaum en aquellos días del movimiento del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) a mitad de los años 80. Su voz en aquel auditorio de la UNAM es para poner orden y pedir respeto a los líderes estudiantiles que en aquel momento lucharon porque en la universidad se mantuviera gratuita. Por ello respaldó en 1992, en 1995 y en 1999 los movimientos para mantener ese mismo principio.

La presencia de esa generación que luchó en las calles, protagonizando debates teniendo enfrente a las autoridades universitarias, entre ellos destacados científicos, hizo que a su formación le adicionaran dosis de conciencia social por los grupos vulnerables.

En el caso de Claudia Sheinbaum así lo demuestra su tesis de licenciatura dedicada a mostrar las bondades del uso de la estufa doméstica de leña para uso rural. Romper esquemas también es lo suyo, dado que fue de las primeras mujeres en ingresar al doctorado en ingeniería en energía y eso le generó ingresar al Sistema Nacional de Investigadores, a la Academia Mexicana de Ciencias, obtener galardones por ser una joven científica y, luego, incorporarse al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático al que en 2007 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz.

Los retos que tendrá Sheinbaum como la primera mujer Jefa de las Fuerzas Armadas de México requieren que esa formación en la ciencia: escuchar, observar, analizar y plantear soluciones, incluso experimentar antes de iniciar alguna acción estén presentes en todo momento. Así lo requiere la definición de la Guardia Nacional, por ejemplo, o la permanencia del Ejército en muchas de las tareas civiles que se les otorgaron en el último quinquenio.

Pero también necesitará  de la sensibilidad de mujer, esa mirada para hacer que todo lo que deba tomar como decisión en ese encargo tendrá una nueva perspectiva para abordar temas que le duelen al país, a miles de ciudadanos que han sufrido el México bronco y violento de las últimas dos décadas.

 Como mujer no puedo estar más que contenta y agradecida con el votante por ver este momento en México, por aquellas mujeres que lucharon desde la Revolución y hasta el movimiento de jóvenes en las calles por atacar el México machista y patriarcal. Solo que llegar no basta. La formación científica y crítica de Sheinbaum nos hacen esperar un país diferente, ya veremos en los próximos meses la construcción de su plan de gobierno, prioridades y el equipo que la acompañará.


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