Por Pamela Cerdeira

El mismo título de mi texto me deja atónita. En México hemos conversado muchas veces cómo cualquier error que suceda durante la administración de Claudia Sheinbaum será utilizado por algunas voces como muestra de que las mujeres en el poder no son una buena idea. Así como, si llega una, llegamos todas; si falla una, es que fallamos todas, todas incapaces. El atentado contra Donald Trump en Pensilvania ya está pasando por este proceso.

Aquí la historia: Donald Trump está en medio de un discurso, se escuchan disparos, se agarra la oreja y se tira al piso. De inmediato, agentes del Servicio Secreto comienzan a acercarse y lo cubren, aunque todo queda a la imaginación, pues en el video solo se ve cómo llegan, se agachan y desaparecen tras el atril donde Trump está agachado. Cuando sale del lugar, ya que aseguran que quien disparó ha sido abatido, entonces se alcanzan a ver algunas agentes mujeres. La señal de puño en alto de Trump es visible desde la distancia, en parte porque la baja estatura de una de las agentes permite ver la cabeza del expresidente.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.