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Por Pamela Cerdeira

Llegué al Auto Show de Shanghái, el encuentro en el que marcas de 26 distintos países presentan sus novedades. China vive en el futuro, no solo por sus 14 horas de adelanto con respecto a México; algunos de los vehículos que ahí se vieron tardarán años en llegar a nuestro país. Es el momento clave para estar aquí, y México tiene mucho que ver: la guerra arancelaria de Donald Trump (aunque ha dado un respiro en los últimos días), el enfoque específico en la industria automotriz y lo que a México le pegan estos dos factores. Llegué con una pregunta principal en este contexto: ¿cuál será la conversación? ¿Qué les está preocupando en este momento?

Mientras recorría los 360,000 metros cuadrados de exhibición, lo que más me llamó la atención fue la cantidad de marcas chinas. Y por si eso no fuera suficiente, muchas de las marcas que no conocemos como tales tienen, desde hace tiempo, capital chino.

Fui invitada por BYD, empresa china que nació especializándose en baterías y después migró al terreno automotriz. Registran patentes a diario como si se tratara de hacer tortillas (en promedio 45 cada día laboral), y muchas de estas se comparten con el fin de cumplir con la misión de la compañía: reducir un grado la temperatura del planeta.

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En 2024, BYD produjo más vehículos que Tesla. Claramente, Tesla no solo no le preocupa: mucha de la tecnología de BYD es parte de los componentes de sus competidores. Esta semana, bajo la marca Denza, presentó su primer coche deportivo, haciendo una entrada triunfal en un segmento de alto rendimiento: es como si Taylor Swift apareciera de sorpresa en una batalla de freestyle… y la ganara. Y a partir de ahí, se convirtiera en el nuevo punto de referencia. La filosofía de diseño de la marca es: “emoción pura”.

Pero no se dejen engañar por el brillo de la espectacularidad. Detrás de un coche sorprendentemente estético hay también un desarrollo tecnológico inigualable: es la primera vez que un coche deportivo incorpora la plataforma inteligente E3. Y su sistema de suspensión asegura un manejo que se sienta “como ir en una alfombra voladora”.

Así que, regresando al planteamiento inicial de este texto: ¿qué le preocupa a China de Estados Unidos? Nada. Siguen avanzando y van muchos años adelante.

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@PamCerdeira

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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