Respira
Por Pamela Cerdeira
Era como estar en una película de Disney, el pavimento impecable de una amplia y perfecta carretera en la que todo mundo respetaba el reglamento de tránsito, mariposas amarillas acompañaban el coche, al que solo le faltaba un soundtrack adecuado para completar la fantasía que estaba rodeada de espesa vegetación que podía esconder cualquier cosa: una maravilla natural o una creada por el ser humano.
- Niños vean las mariposas. Mamá, saca la cámara. ¿No se ven en las fotos? Niños, ahora vean estas. Ahí hay más. Aquí también hay mariposas. Sofía, ve las mariposas. ¿Ya vieron las mariposas? ¿Se ven en las fotos?
No, no se ven en las fotos. Hay maravillas que escapan a las cámaras de los teléfonos, este espectáculo era uno de ellos, y era tan sorprendente que volvíamos a comentarlo como si fuera la primera vez que las veíamos, todo de nuevo.
-Niños vean las mariposas. Mamá, ahora sí saca la cámara.
Sabía, como todas y todos en el país, que Yucatán es el estado más seguro de México. La incidencia delictiva es de 14.79 delitos por cada 100 mil habitantes, la incidencia nacional es 133.34 delitos, según datos del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública a enero del 2023. Hay un factor importantísimo cuando hablamos de la seguridad en Yucatán, ¡no ves militares! No puedo pensar en un solo destino nacional en el que haya estado en los últimos años, que no fuera recibida por militares en el Aeropuerto, salvo por Yucatán.
El estado escapa de las escalofriantes y a la vez curiosas postales que nos ha regalado Cancún de los turistas fotografiándose con miembros de la Guardia Nacional en la playa, o de Acapulco siendo patrullado por encapuchados fuertemente armados. Y sin embargo, la seguridad aquí no es solo una idea, se ve. En distintos puntos carreteros había constantes revisiones policiacas. Vi policías, policías trabajando. Y el resultado no es casualidad, son los policías mejor pagados del país, sus hijos tienen garantizadas becas en las mejores escuelas privadas, cuentan con servicio médico en hospitales privados, y acceso al Infonavit.
Pasé cinco días en Yucatán, solo 3 de ellos efectivos para conocer; por supuesto que me faltó tiempo, lo que es una excelente excusa para regresar. Aquí una lista de lo que hice, lo que me sorprendió y lo que me faltó; espero les sea útil.
Uxmal -pensé que mis hijos me iban a alucinar con el tour cultural. Llegué a Uxmal, vi la primera pirámide y pensé que ahí había acabado todo. Mientras nos adentramos en el lugar más maravillas iban apareciendo como si los árboles se fueran apartando para dejarnos descubrirlo. A cada cruce vas pensando que ya lo viste todo y fue espectacular, hasta que entras al siguiente lugar y vuelves a sorprenderte. IM-PER-DI-BLE. Vayan muy temprano y pregunten por Antonio Moreno, un gran guía.
Hacienda Mucuyché - ¡Cenotes! La hacienda, el cuidado de la misma y de las joyas naturales que alberga: un par de cenotes espectaculares. La Hacienda está bajo el resguardo de Grupo Xcaret, lo que quiere decir que todo está perfectamente organizado, con protocolos que permite preservar el lugar y lo que no esperaba ¡la comida espectacular! Sí sabía que eso encontraría en Yucatán, solo que no esperaba encontrarlo con los pies mojados después de haberme sumergido en el paraíso.
@cenoteshaciendamucuyche
La Isla de los columpios- tras sufrir un accidente buceando, uno de los miembros de las principales cooperativas de Chuburná decidió cambiar de giro. Y así fue como transformaron esta maravillosa y pequeñísima isla de arena que recibe unos 60 centímetros de agua durante la mañana, en una especie de parque fantástico. Con columpios, hamacas y unas cuantas sillas y mesas de madera, recibe a los turistas, que solo pueden estar por periodos de dos horas para divertirse en los columpios, o nadar en ese impactante capricho del mar rodeado de manglares. A pesar de que te venden comida y bebidas, no hay una sola basura en el lugar. Incluso, uno de los tours que ofrecen hacía la ruta de los manglares incluye ir recogiendo basura.
@chuburnaadventour
Izamal- iba con niños, el sol se respiraba, y aun así fue el tour favorito de mis hijos. Recorrimos la hermosa ciudad amarilla en cuatrimotos, escalamos la única pirámide a la que todavía puede subirse (quizá seamos de los últimos en hacerlo), y otra vez comimos como reyes: sopa de lima, panuchos de cochinita, empanadas de chaya, queso relleno, manjar blanco, y eso es solo una pequeña probadita de uno de los estados que compiten con Oaxaca por la comida más rica del país. (Espero que mi nutrióloga no esté leyendo esto.)
@grupoizamal
Me faltó conocer Las Coloradas, a pesar de que el camino a Chicxulub me regaló varios paisajes rosas, también me faltó Mérida, y me quedé con las ganas de haber ido con una bicicleta de ruta para rodar por esas espectaculares carreteras.
No me esperaba que además de de los paisajes, la comida y la cultura, fuera un estado tan limpio, que la gente respeta el reglamento de tránsito como los chilangos respetamos… no los Chilangos no respetamos nada, al menos no así, y el excelente servicio que recibimos en cada uno de los lugares en los que estuvimos. Por supuesto, tampoco me esperaba las mariposas.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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