Por Pamela Sandoval
En tiempos de digitalización y globalización acelerada, México parece estar por fin dándose cuenta de la relevancia de la tecnología blockchain, una herramienta con un potencial transformador indiscutible. Lo pone de manifiesto el nuevo Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, que reconoce a la tecnología de "cadena de bloques" como prueba plena. No podemos evitar preguntarnos: ¿Estamos frente a una revolución que amenaza el futuro de los notarios y corredores públicos?
Para los no iniciados, blockchain es una especie de libro de contabilidad digital, encriptado y descentralizado, donde cada transacción queda registrada de manera segura y transparente. Las posibilidades de su aplicación son vastas y, en nuestro caso particular, podrían traducirse en una reestructuración profunda del sistema jurídico mexicano.