Por Paz Austin
Hace ya casi 20 años que tomé mi certificación de Experta en Tequila, esa certificación marcó el rumbo de mi vida profesional para siempre. Yo en aquel entonces era una joven emprendedora con una tienda de dulces mexicanos en el corazón del barrio de San Ángel en la Ciudad de México. El concepto de marketing de experiencias y el auge de la escena gastronómica resonaba en cada conversación creativa y me pareció gran idea generar experiencias con nuestro destilado más emblemático y los dulces tradicionales que ya conocía bien. El proyecto llamó la atención de algunas embajadas y de la revista Tequila Apasionado, cuya editora era Carlota Montoya en aquella época y quien es una de las personas que más sabe sobre tequilas y agaves en el país. Tener una certificación como esa me resultó bastante beneficioso y despertó en mí el interés por buscar otras certificaciones, porque bien podría ser la mejor en una cosa o ser experta en muchas cosas que me gustarán. Yo decidí por la segunda opción y así me di a la tarea de buscar las certificaciones que me pudieran enriquecer a nivel personal y profesional.
Así fue como llegué a la web de la Associazione VeracePizza Napoletana donde pude leer todo lo que ofrecía sobre cursos y la especialización con los más increíbles pizzaiolos del mundo. En una libreta anoté la información completa y soñé con el plan perfecto donde yo pasaría un verano en Nápoles estudiando y obteniendo la certificación para preparar las auténticas pizzas napolitanas. Un plan muy romántico que se quedó en la libreta. Las aventuras gastronómicas para mi han sido otras y he aprendido sobre muchas otras cosas que me apasionan como el vino, la cerveza y los destilados.
Hace unos meses conocí a una pareja muy singular, Juli y Eduardo, ella dedicada a las relaciones públicas y él un actor mexicano originario de Baja California. Ambos simpáticos y buenos conversadores, tras un rato de rica charla me compartieron con gran orgullo ¨Tenemos una pizzería en Mexicali¨. Cuan grande fue mi sorpresa al descubrir que ellos sí habían logrado el sueño de pasar un verano en Nápoles certificándose para preparar las auténticas pizzas napolitanas, que brinqué de mi silla para reclamar que ese también era mi sueño.
Eduardo Santacruz si buscó certificarse mucho como estrategia, su restaurante ostenta también la Certificación a la Ospitalità Italiana, y el reconocimiento de “Eccellenze Italianne” La visión que esta pareja tiene para su restaurante, Bianco Storico es de crear un espacio donde la pasión por el producto y la tradición culinaria de Italia sea la más auténtica posible para que los comensales puedan vivir la experiencia de la Dolce Vita. Hace unos días Taste Atlas publicó nuevos listados entre ellos los mejores platillos del mundo donde la Pizza Napolitana ocupa el segundo lugar mientras que Nápoles es el número uno dentro de las mejores ciudades para vivir experiencias gastronómicas del mundo. Las listas son un arma poderosa de marketing actualmente, son referentes para el consumidor, mientras que los chefs y empresarios restauranteros se esfuerzan creando conceptos creativos y platillos maravillosos para conseguir el reconocimiento de estas. La visión que tienen Juli y Eduardo y que comparten con su staff en su pequeño pero gran espacio es el de tener el reconocimiento por parte de sus clientes sin embargo creo que la calidad de sus pizzas y pastas son más que justas para atreverse a soñar con estar algún día en las afamadas listas de THE BEST PIZZA AWARD y 50 TOP PIZZA WORLD, sin duda para mí que soy fan de la auténtica pizza napolitana Mexicali alberga una de las mejores pizzerías del mundo.
No tengo la duda de que este pizzaiolo lo logre ya que su estrategia es una de las más antiguas en la historia del arte culinario: la del maestro y aprendiz. Entre los maestros de Eduardo están Alfredo Folliero presiente de la Unione Pizzaiuoli Tradizionali e Ristorati, Don Antonio Starita presidente de las pizzerías centenarias y al mítico Massimo Quandamatteo, también ha aprendido de los secretos y sabores de la comida callejera napolitana del gran maestro Lino Tuttino referente de la Italian Street Food¨ y del gran Maestro Mimmo Vasallo quien ha dominado el arte de la pizza sin gluten.
Eduardo y Juli deben de estar haciendo el recuento del año por estos días, lo que se logró y las metas que quedaron por cumplir, seguramente harán con una copa de vino en mano y una auténtica pizza napolitana, el plan para el 2025 y anotarán en una libreta nuevos sueños por realizar, nuevas técnicas por aprender, nuevas listas por conquistar y más comensales para encantar. Por mi parte, aunque estoy satisfecha con mi fantástico 2024, inspirada por la historia de Bianco Storico desempolvaré mi vieja libreta olvidada y soñaré otra vez con el verano en Nápoles y también ¿porqué no? con las increíbles pizzas en Mexicali.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
Comments ()