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Por Raquel López-Portillo Maltos

Mientras Venezuela atraviesa un momento crucial, la oposición enfrenta su mayor desafío: la pérdida de impulso. En medio de una severa represión, la oposición depende en gran medida de la comunidad internacional para buscar una solución a la crisis política. Los principales esfuerzos, encabezados por México, Brasil y Colombia pusieron un ultimátum de una semana para lograr la luz verde que dé inicio al diálogo. 

El aparato diplomático de estos tres países que fungen como los únicos en la región que mantienen un canal abierto tanto con Nicolás Maduro como con la oposición, realizan una labor titánica. Por un lado, apenas pasados unos días de los comicios, la líder de la oposición Maria Corina Machado aceptó la posibilidad de participar en una negociación, aclarando que sería sobre una transición pacífica, no sobre los supuestos resultados certificados por el CNE. Mientras tanto, Nicolás Maduro dijo estar abierto siempre y cuando Estados Unidos dejara de amenazar a Venezuela y únicamente bajo el cumplimiento del acuerdo de Qatar, documento que se firmó en septiembre de 2023 y que es la base del relajamiento de sanciones económicas que permitieron facilitar el pago de deuda y otorgaron licencias a empresas de energía.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.