Por Laura Raquel Manzo
El desfile de la colección Crucero de Dior 2024 podría ser un acto colonialista sacando jugo para beneficio propio de lo que estas tierras y sus habitantes han generado. Los diseños presentados el sábado en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, bajo el mando de la italiana Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la casa francesa, podrían ser la capitalización, la banalización de la violencia y los feminicidios que obligan a cavar diez tumbas cada día en este país. Es el punto de vista reactivo, no sin razón, no sin mucha razón, frente a lo que un extranjero absorbe mientras comercializa.
La moda en parte es arte. En parte. Si bien es un multimillonario negocio de 1,600 millones de dólares y emplea a unas 430 millones de personas en el mundo, la moda, históricamente ha sido, en parte, protesta. ¿O qué es el arte contemporáneo sino algo similar? ¿Un diseñador no puede ser activista? La moda es una forma de expresión para quien la viste, ¿pero no para quien la diseña?