Por Regina Reyes-Heroles

Las mujeres tenemos 12% menos “tenencia” de productos financieros que los hombres en México. No tenemos cuentas de banco (tanto como ellos), de inversión, tarjetas de crédito o seguros porque “usamos los de ellos” o porque pensamos que “para qué tener seguro de vida si no se es principal proveedora económica del hogar”. 

Las justificaciones son inútiles de enlistar y perpetúan las brechas.

Estos prejuicios financieros borran el hecho de que la independencia financiera es decidir cómo gastar, en qué invertir, cómo protegerte y por cuánto sin la necesidad de consultarlo con alguien más. 

El dinero y las decisiones de dinero dan poder y quienes se animan a tomarlas asumen las consecuencias de los potenciales errores (todos podemos invertir en un proyecto que falla o endeudarnos de más) y aprender de esos errores es parte del proceso de sentir ese poder financiero y la independencia.

Algunos de los datos: 

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.