Respira
Por Regina Reyes-Heroles
La flexibilidad laboral ya no es algo “lindo” que ofrecen las empresas, es algo que las personas necesitamos para seguir trabajando. ¿Por qué? Porque queremos un balance de vida y trabajo, porque queremos ser corresponsables de las tareas no remuneradas y de cuidados, porque queremos decidir cómo y cuándo trabajar.
Si las empresas quieren al mejor talento del mundo, porque ahora las ofertas no llegan de la competencia en la misma ciudad, sino del otro lado de los océanos o los continentes, es urgente entender que el balance de vida y empleo es de los principales deseos de quienes salimos a trabajar.
Si las empresas además quieren diversidad y por lo tanto a más mujeres que participen en ellas y en la economía, con más razón hay que entender la flexibilidad.
Cuatro de cada 10 mujeres mamás con hijos pequeños dicen que sin flexibilidad laboral tendrían que haber dejado de trabajar o reducir su jornada laboral, según el estudio Women in the Workplace 2023 de McKinsey, publicado en octubre de 2023.
Las mujeres cuidamos más que los hombres, las mujeres hacemos tres veces más del trabajo no remunerado en casa, las mujeres nos encargamos de los otros que nos rodean. Esto no debería ser así, pues debería haber una división equitativa de los deberes no remunerados y de los cuidados, así como debería haber un sistema de cuidados en los países que permitiera a todes decidir si quieren cuidar o salir a trabajar. Pero, en lo que eso se logra, y espero que sí se logre, la flexibilidad es una estrategia para que ellas, ellos y todes podamos trabajar y tener bienestar.
La flexibilidad es tan importante que los empleados dicen que es el cuarto factor más relevante para atraer talento diverso a las empresas, según McKinsey.
Otro dato de este estudio: para las mujeres, la importancia de elegir dónde y cuándo trabajan es el segundo y el tercer beneficio más importante tan solo detrás del de seguros de salud.
Hay otro beneficio de ofrecer este incentivo: la lealtad. Dos terceras partes de las mujeres con arreglos laborales flexibles dicen que planean mantenerse en ese trabajo con esa empresa por más de tres años. Mientras, solo 19% de las mujeres que no tienen flexibilidad en su empleo planean quedarse ahí, según datos del estudio Women @ Work de Deloitte.
“El trabajo híbrido y remoto entrega beneficios importantes a la mayoría de los empleados. Casi todas las mujeres y los hombres dicen que genera mejor balance de vida y trabajo como el beneficio principal, pero también la mayoría reconoce que permite bajar la fatiga y el burnout”, dice el estudio.
Quizá el dato más relevante para las empresas y el que las lleve a repensar la flexibilidad sea este: 83% de los empleados dicen que el trabajo remoto e híbrido permite ser más efectivos y productivos.
La flexibilidad trae retos, no es perfecta. Es claro que la creatividad sí se incentiva con reuniones presenciales y que el trabajo colaborativo también funciona mejor cuando hay presencialidad. Pero nadie pide jamás ir a la oficina y trabajar en pijama desde la casa. Lo que se requiere es tener límites, espacios, control y planeación con los horarios laborales y la presencialidad porque sí hay beneficios latentes para todas las personas.
Hoy es 8M y las mujeres marcharemos por miles de razones muy relevantes: detener la violencia, detener los feminicidios, acabar con las brechas y las injusticias; marchamos por la equidad.
Dentro de esa equidad, la flexibilidad laboral es un pequeño ajuste que el mundo empresarial podría impulsar para empezar a cambiar ese entorno que nos saca a las calles cada año, y de paso, podrían obtener beneficios tan importantes para el negocio como la rentabilidad.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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