Es de madrugada, pero me repito que en silencio será más fácil concentrarme. Unos minutos más tarde, cuando me doy cuenta de que no puedo orientarme entre los datos del estudio que estoy leyendo, acepto lo que sabía desde hace más de una hora: cuando no he dormido, descansado, es mucho más difícil lograr la atención que necesito. Le hago caso a mi cuerpo y voy a dormir.
¿Les ha pasado?, ¿qué hacen cuando les pasa?
Cuando se tienen pocas horas de sueño hay un impacto no solo en la atención y la concentración, se desbalancea tanto al cuerpo que se afecta también la creatividad, el aprendizaje, la memoria, la capacidad de tomar decisiones, las reacciones emocionales, y el procesamiento socioemocional, entre otros, según datos de McKinsey.
Cuatro de cada 10 líderes aceptan que al menos cuatro noches a la semana no duermen lo suficiente, revela una encuesta realizada por Nick van Dam y Els van der Helm para una investigación publicada en Harvard Business Review.
No dormir suficiente cada noche afecta las capacidades mentales antes mencionadas, que, por cierto, impacta los cuatro comportamientos que McKinsey asocia con el liderazgo de alta calidad: la orientación en los resultados, la resolución de problemas, la búsqueda de diversas perspectivas y el apoyo a los demás o los otros.
“La falta de sueño crea una más sensible reacción emocional, y la experiencia del estrés da como resultado una peor calidad del sueño”, escriben Van Dam y Van der Helm en There’s a proven link between effective leadership and getting enough sleep. “Además, se ha descubierto que dormir mal augura una menor participación laboral”.
En México estamos cansados. Somos el país de América Latina con menos días de vacaciones, según el World Policy Analysis Center, entre cinco y nueve días al año, mientras Brasil, Perú y Uruguay tienen 20 o más al año. La Organización Internacional del Trabajo recomienda que las personas descansen 18 días al año.
Además, si comparamos el número de horas laboradas somos el país que más horas trabaja al año entre los que pertenecen a la OCDE: 2 mil 137 por trabajador.
Sin suficientes vacaciones, con muchas horas al año trabajadas y con pocas de sueño, pues por lo menos tres de cada 10 mexicanos duerme menos de 6.5 horas diarias, según el estudio Trastornos del sueño y su impacto en la calidad de vida de los mexicanos, no estamos dando los resultados que podríamos y perdiendo dinero todos los días.
“Después de unas 17 a 19 horas de estar despierto (...) el desempeño individual en una variedad de tareas es equivalente al de una persona con un nivel de alcohol en la sangre de 0.05% (...) Después de 20 horas de vigilia, el desempeño de esta misma persona es igual al de alguien con un nivel de alcohol en la sangre de 0.1%, equivalente a la definición legal de borracho en Estados Unidos”, escriben Van Dam y Van der Helm.
Ser efectivos, productivos al trabajar permitiría un mejor balance entre el mundo laboral y el personal, y mejores resultados en la empresa en la que trabajamos o nuestro negocio. El problema: ni los líderes a cargo de un equipo ni los colaboradores nos detenemos, no hablamos de dormir bien o de lo que provoca dormir mal.
Y como no todo es culpa del jefe o la jefa que tengamos, podemos iniciar pensando en el cuidado personal; propongo que tengamos más respeto a nuestra mente, nuestro conocimiento y nuestras habilidades emocionales, sociales, prácticas y técnicas durmiendo lo suficiente. Confieso que soy de las primeras en fallar en este hábito, pero trataré de ser mejor poco a poco porque sí he visto la diferencia de los resultados entre mi mente descansada y una absolutamente fatigada. ¿Ustedes hablan de sueño y vida profesional?
@vivircomoreina
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