Por Rosa Covarrubias
En el deporte no hay un guión perfecto, aunque intentes escribirlo, aunque en la mente de los aficionados y de los propios protagonistas exista, pese a la estrategia, al plan de juego, siempre ocurre algo que cambia la historia, en el béisbol, la pelota es caprichosa.
El número 34 de Fernando Valenzuela en la lomita del Dodger Stadium en el primer juego de la Serie Mundial, la bola, esa amiga con la que consiguió grandes hazañas y con la que conquistó a miles de personas, fue puesta en el montículo. Esta vez, no hubo lanzamiento, Orel Hershiser dejó a “doña blanca” a un lado del 34, en homenaje a Valenzuela, tres días después de su fallecimiento.
Los Dodgers, que tenían mejor equipo, salieron inspirados a jugar la Serie Mundial ante su acérrimo rival, los Yankees de Nueva York. El primer juego los de Dave Roberts sufrieron de más y fue gracias a un grand slam de Freeman que le dieron la vuelta a la pizarra, a un out de haber perdido el juego; el segundo, los locales lo volvieron a ganar y, aunque en el tercero los neoyorquinos los pusieron de nueva cuenta en aprietos, la novena angelina silenció al Yankee Stadium.
El cuarto juego fue una paliza para los Dodgers, Yankees pulieron los cañones para ganar 11 carreras por 4.
Cuando parecía que la historia podría repetirse, definir la serie en 6 juegos como hace 43 años cuando estos equipos se enfrentaron en la Serie Mundial, los Dodgers vinieron de atrás, luego de estar 5 carreras a 0 abajo, en la quinta entrada los de Los Angeles despertaron, un rally de 5 carreras y la pizarra se empataba, ante un Yankee Stadium atónito y un Gerrit Cole que parecía no encontrar la manera de sacar ese tercer out.
Nueve entradas llenas de emoción y expectación… una pizarra en favor de Los Dodgers en la novena entrada, 7 carreras a 6; Walker Buehler en la lomita, el mexicano Alex Verdugo abanicando para poncharse y la celebración de Dodgers en Nueva York por un nuevo título, el octavo para sus vitrinas.
En México, el primer de noviembre se celebra el Día de todos los Santos, pero esta fecha marcaba el nacimiento de uno de sus grandes deportistas, este día Fernando Valenzuela hubiese cumplido 64 años; quizá, si los Dodgers se hubiesen coronado este viernes primero de noviembre en casa, dejando la Serie 4-2, como hace 43 años, el guión hubiese sido digno de una película de Hollywood, pero en el deporte nada está escrito.
Los Ángeles celebran el octavo título de sus Dodgers, ese equipo al que Fernando Valenzuela le dio una identidad, un equipo al que la comunidad latina adoptó, justo en las exequias de su querido “Toro”.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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