Por Rosa Covarrubias
Pocos son aquellos que aceptan sus errores; en estos tiempos de política estamos acostumbrados a escuchar que la culpa es de otros, antes de que se acepten los errores del pasado y del presente en la misma persona.
La primera semana de diciembre, Rommel Pacheco, director de la CONADE, tuvo un primer acercamiento con deportistas pertenecientes a la desconocida Federación Mexicana de Natación, la mayoría, medallistas y clavadistas que han competido en Juegos Olímpicos.
Dar ese paso seguramente no fue sencillo, primero, porque hay deportistas que guardan un poco de recelo al ahora titular del organismo que rige el deporte en México y segundo, por la relación tan ríspida que dejó Ana Gabriela Guevara en la CONADE.
Este primer acercamiento sirvió para limar esas asperezas, para escuchar a los clavadistas a los cuales se les retiraron las becas porque no quisieron “alinearse”; Rommel Pacheco calló las voces que mencionaron que el regreso de las becas estaba condicionado a que no continuaran con el litigio en contra de la CONADE, como lo comentamos en la columna dirigida a Pacheco Marrufo, él vivió una situación similar rumbo a Tokyo 2020.
“Están en su derecho, no se les pide desistir porque desde que llegué a la Conade me encontré con circunstancias que han afectado a varios de ellos”, señalo Rommel en un comunicado que subieron a través de las redes sociales de CONADE.
No es la única reunión que ha tenido el nuevo titular de la CONADE en su intento de solucionar la situación que vive el deporte de alto rendimiento en México.
Ya tuvo acercamientos con Marijosé Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano; con diputados que integran el Comité de Juventud y Deporte; ha tenido pláticas con los Directores del deporte de Tabasco y Tamaulipas, entre otros, una CONADE abierta al diálogo es lo que han solicitado diversos atletas y a casi un mes del inicio de su gestión, no ha hecho a un lado una de sus primeras propuestas.
¿Hacia dónde se dirige el deporte en México?, en primera instancia no se puede prometer un futuro en el que se gane una cantidad excesiva de preseas en Juegos . Quienes integran las esferas altas del deporte en nuestro país, tienen claro que el prometer no empobrece, pero que la realidad de aquí a cuatro años que duran las Olimpiadas (el periodo entre unos Juegos Olímpicos y el que sigue) es de arduo trabajo, no solo de los deportistas, también de los directivos que deben ir en la misma dirección y dejar a un lado el famoso estira y afloja.
Lo que puede ser una realidad es, si la comunicación y el trabajo en equipo continúan fluyendo en la misma dirección, que podríamos tener una proyección acertada en cuanto a número de preseas que se buscarán en Los Angeles 2028, hay quienes desde ahora se animan a dar una cantidad de 10 medallas, tomando en cuenta que México es una potencia en Flag Football y este deporte hará su debut en los siguientes Juegos Olímpicos de Verano.
El tiempo dará la razón a Rommel y Marijosé; por lo pronto se han dado pequeños pasos, firmes, de cara a la construcción de un futuro que parece ser prometedor para el deporte mexicano.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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