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Por Rosa Covarrubias

Hace dos años comenzó la “debacle” del futbol mexicano; 2022 marcó el inicio del fin en Selecciones Nacionales y, ¿por qué no?, en la Liga MX.La eliminación de México en Qatar fue el punto de inflexión, tenía que haber un cambio de fondo, de raíz, desde los pies hasta la cabeza para que, ahora sí, tuviéramos un futbol de calidad, pero lo que vino después parece que sólo fue un paliativo.

Cambios en la dirección de la Federación Mexicana de Futbol; se formó un consejo de Selecciones Nacionales integrado por propietarios de equipos de la Liga MX, tras la salida de Yon de Luisa de la presidencia de la FMF, el 22 de mayo de 2023 llegó Juan Carlos Rodríguez a dirigir el rumbo del futbol mexicano.

“La Bomba” tenía ideas frescas, un plan de reestructuración del futbol mexicano que incluía el fondo de inversión Apollo Global Management, el cual inyectaría una inversión de más de 1,300 millones de dólares, pero una de las condiciones que no convencieron al cien por ciento a todos los propietarios de los equipos de la Liga MX fue que el fondo se quedaría con el 10 por ciento de los derechos de comercialización. Este no prosperó, al menos no por el momento.

Fue un viernes 13 negro para el futbol mexicano, por motivos personales, Juan Carlos Rodríguez puso en la mesa su renuncia como Alto Comisionado de la Federación Mexicana de Futbol, Mikel Arriola se hará cargo de manera interina y el fondo de inversión volverá a la palestra en enero.

De nueva cuenta el futbol mexicano se encuentra en un espiral, tanto en lo deportivo como en lo económico y la incertidumbre vuelve a ser sombra en el balompié nacional; sin ascenso ni descenso, multipropiedad, equipos con un bajo nivel de futbol, jugadores poco comprometidos y poco profesionales y, hablando de Selección Mexicana, está llena de dudas de cara al mundial de 2026.

Quien llegue al puesto que dejó vacante Juan Carlos Rodríguez tendrá, de nueva cuenta, una papa caliente, quizá más que la que dejó hace casi dos años Yon de Luisa; es claro que no hay una unión y cada quien busca jalar agua para su molino.

La visión de los dueños de los equipos de la Liga MX suele ser egoísta, aunque tampoco los culpo, invertir en el deporte, sobre todo en un equipo profesional no es nada sencillo. Pago de nóminas, mantenimiento de estadios y la búsqueda constante de patrocinadores y un comprador “bueno” en cuestión de derechos de transmisión no es tarea fácil. Es bastante arriesgado. Quizá ahí es donde el fondo de inversión podría ayudar. El tema de la centralización de los derechos es una de las apuestas más fuertes. Lo hacen en la NFL, MLB, NBA y en otras grandes ligas del planeta.

Este enero será clave para saber qué rumbo tomará el futbol mexicano.

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@RCova18

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