Por Rosa Covarrubias

A lo largo de los años, sobre todo en el siglo pasado y en el actual, hemos visto el desarrollo y crecimiento de las mujeres dentro del ámbito deportivo.
Poco a poco, se ha ido ganando terreno, primero, como deportistas, con la inclusión de la rama femenil en la mayoría de las disciplinas en Juegos Olímpicos, la creación de ligas femeniles en otros deportes y por último, en los puestos de mando, como entrenadoras, directoras deportivas, en puestos médicos, etc., pero en los últimos años, ha aumentado el interés de las mujeres con respecto a la inversión en equipos deportivos, convirtiéndose en accionistas y propietarias de los mismos.
Hace unos días, Serena Williams, la mejor tenista de los últimos años, anunció con un video espectacular, que será copropietaria del Toronto Tempo, el primer equipo canadiense que formará parte de la WNBA en el 2026. Bajo el lema, nueva cancha, nuevo juego, Williams buscará impulsar la mercadotecnia del equipo, refrendando su compromiso con el deporte femenil.
Pero este, no es el primer equipo en el que la ganadora de 23 Grand Slam invertirá, tiene acciones en los Delfines de Miami de la NFL, además de formar parte, junto a su esposo Alexis Ohanian, del Angel City de la NWSL (Liga Nacional de Fútbol Femenino de EE.UU.), la actriz Natalie Portman y la exfutbolista Mia Hamm. Más allá de ser un equipo de fútbol, representa un modelo de negocio innovador basado en la equidad de género y la inversión en el deporte femenil.
Una de las mujeres más reconocidas en el mundo del futbol femenil es Michele Kang. La empresaria coreana ha creado un verdadero imperio en el balompié femenino; es propietaria de uno de los equipos más reconocidos a nivel mundial, el Olympique de Lyon de la Liga Francesa, del Washington Spirit y el OL Reign, de la NWSL y del London City Lionesses del futbol inglés, además de crear Kynisca Sports, primer grupo internacional del futbol femenil.
La visión de Kang ha ayudado a mejorar las condiciones laborales de las jugadoras y como ella misma lo mencionó en una entrevista al Washington Post, su intención es que el futbol femenil sea seguido a nivel mundial y con las mismas condiciones que el varonil.
En el básquetbol de la NBA, Jeanie Buss, propietaria y presidenta de Los Angeles Lakers. Asumió el control total del equipo en 2017, llevando a la franquicia a un campeonato de la NBA en 2020, consolidando su legado en una de las organizaciones con mayor prestigio, no solo en la liga. Su liderazgo ha sido clave para mantener la grandeza de los Lakers, con grandes contrataciones, la última la de Luka Doncic.
También hay mujeres en la NFL que han dejado huella. Virginia Halas McCaskey, quien falleció el pasado 6 de febrero, heredó de su padre a los Osos de Chicago, siendo propietaria del equipo por más de 40 años y una de las figuras más influyentes en la liga en los últimos años.
Otro caso en el futbol americano es el de la propietaria y presidenta de los Leones de Detroit, Sheila Ford, quien tomó al equipo en 2020, llevándolo a los playoffs, en 2025 fueron uno de los equipos favoritos para llegar al Super Bowl, o el de Kim Pegula, co-propietaria de los Bills de Buffalo, jugando un papel fundamental en la administración del equipo.
Este es solo un ejemplo de que la presencia de mujeres en la propiedad de equipos deportivos no solo representa una conquista en términos de igualdad, también aporta nuevas visiones de negocio, innovación y desarrollo para las ligas y clubes, sobre todo en la rama femenil, en la cual, la inversión de las mujeres sin duda aportará más allá en lo económico.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

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