Por Rosanety Barrios
“De lo sublime a lo ridículo sólo hay un paso”. Napoleón Bonaparte
A nivel ciudadano común, el gas natural (hidrocarburo compuesto principalmente de metano), se percibe poco relevante, quizá es resultado de que solo el 7% de las familias lo consumen para calentar agua y cocinar. En general se desconoce que se utiliza para generar aproximadamente el 60% de nuestra electricidad y que es la segunda fuente de energía para la industria (la primera es la electricidad), lo que lo hace relevante para el desarrollo del país y, por lo tanto, para todas las familias mexicanas.
Durante las dos primeras décadas del s XXI, el gas natural se consideró el combustible de transición. Esto es, aquel que iba a sustituir al carbón y al petróleo, ya que emite la mitad del CO2 y tiene un precio competitivo, especialmente a partir de que su producción se disparó, gracias a la tecnología de la fractura hidráulica, adoptada a gran escala en los Estados Unidos de América.