Document
Por Roxana Fabris
audio-thumbnail
🎧 Audiocolumna
0:00
/398.736

El rezago habitacional es un problema que afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, incluyendo a las mujeres, los niños y las personas de bajos ingresos. 

Así lo ha señalado la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), al precisar que del total de personas que habitan en viviendas con algún nivel de rezago, 50.7% son mujeres, y de los 8 millones de personas vive en hacinamiento en el país, 51.4% son mujeres, condición que para ellas representa un potencial de violencia dentro de la vivienda.

Es por ello que el reciente anuncio de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, de que el Programa de Vivienda y Regularización - a través del cual se construirá un millón de viviendas y se entregará un millón de escrituras- apoyará particularmente a poblaciones vulnerables como mujeres jefas de familia, jóvenes, población indígena y adultos mayores, cobra especial relevancia.

Esta brecha que es fundamental cerrar se extiende no sólo a las mujeres que precisan una vivienda, la mejora de las condiciones físicas de la misma, y la certeza jurídica de la tenencia de la propiedad. Existe otro reto, igualmente importante por atender, que puede pasar desapercibido.

Brecha salarial

Las mujeres hoy representan ya el 15% del total de personas que trabajan en el sector de la construcción. Es decir que su participación, en esta etapa post pandemia, ha crecido de manera importante, ya no solo en actividades donde tradicionalmente participan como la limpieza o cocinas, sino también en actividades de albañilería, seguridad, entre otras. 

Sin embargo, a pesar de tener en promedio, un nivel de escolaridad mayor que el de los hombres, su salario alcanza sólo 65% de lo reciben ellos por actividades y niveles similares.

Situación muy distinta a lo que sucede en otros países y economías. La construcción se destaca inmediatamente como la única industria importante en Estados Unidos que prácticamente no tiene brecha salarial de género: la mujer promedio en la construcción gana 99.1% de lo que el hombre promedio.

¿Por qué sucede esto en nuestro país si estadísticamente, las mujeres en la construcción cuentan con mayor grado de escolaridad que los hombres?

¿Por qué los puestos que ocupan las mujeres en la construcción son principalmente de limpieza, albañilería, soldadura y algunos puestos administrativos, cuando las mujeres constituyen hoy en día la mayoría de los ingresos de estudiantes a la carrera de arquitectura, pero solo unas pocas prevalecen en esta profesión?

Sí, son enormes los retos para lograr una mayor participación de las mujeres en la construcción, disminuyendo a la vez la brecha salarial. Una mayor participación de mujeres en la construcción que vaya acompañada de protocolos que promuevan una cultura de respeto y equidad. Puede comenzar por la implementación de políticas de igualdad salarial y de género, así como la creación de programas de capacitación y desarrollo para mujeres en la construcción.

Hace unos días organizamos el Foro Mujeres que Construyen Futuro donde, de la mano de Canadevi Valle de México, discutimos cómo impulsar la participación de las mujeres en el sector. Una de las constantes fue el señalamiento de que habilitar la participación de más mujeres en condiciones de igualdad es indispensable para lograr la meta de abatir el rezago en vivienda que vivimos.

Educación, eje de crecimiento

Existen esfuerzos en este sentido, como el que realizamos en Construyendo y Creciendo, fundación que ofrece educación y capacitación a trabajadores y trabajadoras de la construcción, colocando aulas de estudio dentro de las obras en que trabajan. De esta manera, se les ofrece la posibilidad de estudiar antes y después de su jornada laboral, en todos los niveles, desde alfabetización hasta preparatoria, y capacitarse en temas laborales, desarrollo de habilidades digitales y desarrollo humano.

Desde 2019, Construyendo y Creciendo incorporó la perspectiva de género en su visión, y desde entonces, ha redoblado esfuerzos para ofrecer a las mujeres, la oportunidad de estudiar y capacitarse en sus Aulas, mientras les acerca cursos y talleres que desarrollen sus habilidades blandas e impulsen su empoderamiento.

Muestra de ello es que, durante 2023 las Aulas de Construyendo y Creciendo ofrecieron educación y capacitación a más de 2,000 mujeres, que representaron 56.81% del total de estudiantes atendidos. Hay que destacar también que 63% de nuestros graduados fueron mujeres, lo que habla de la voluntad de nuestras estudiantes por superarse.

Y no quiero cerrar este recuento sin reconocer a las 225 mujeres, trabajadoras de la construcción quienes, en los últimos 10 años, cambiaron su vida al aprender a leer y escribir generando un impacto positivo no solo en sus vidas, sino también en la de sus hijos y comunidades.

En Construyendo y Creciendo estamos convencidos que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo, y que, ofreciendo oportunidades de desarrollo a las mujeres, sumamos en la construcción de una industria más inclusiva, más equitativa y, por tanto, más sostenible.

*Arquitecta egresada de la

Universidad Iberoamericana, con diplomado en Alta

Dirección por la misma Institución. Su experiencia

profesional se ha desarrollado en ámbitos como la

industria de la vivienda, desarrollo inmobiliario,

infraestructura y construcción, especializándose en

temas relacionados con la comunicación y la

generación y administración de planes de negocio.

Desde 2017, funge como Presidenta Ejecutiva de la

Fundación Construyendo y Creciendo, que busca el

desarrollo educativo de los trabajadores de la

construcción, para mejorar su calidad de vida a través

de la educación y la capacitación. Durante su gestión,

la Fundación ha obtenido diversos Premios y

reconocimientos, entre ellos, el Premio UNESCO-

Confucio de Alfabetización 2021.

Ha sido editora de diversas

revistas y publicaciones especializadas, así como de

más de 30 libros.

En el año 2002, junto con el arquitecto Horacio

Urbano funda Centro Urbano, el grupo de

comunicación de mayor impacto en el sector

inmobiliario nacional, gracias a un sólido portafolio de

medios especializados con sitios web, revistas,

periódicos, libros, eventos y proyectos de Redes.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.