Por Sara Reynoso
¿Alguna vez te has sentido culpable por parar y descansar? Esto es para ti.
Venimos de una era en la que el que más trabajaba era el mejor, descansar era mal visto y si salías a tiempo de la oficina, eras un looser, los “productivos” se quedaban a juntas tardías y si querías triunfar, tenías que trabajar horas y horas sin descanso.
Aunque hoy se asoma una nueva era en la que el tiempo se aprecia y valora más, todavía quienes pertenecimos a la época en la que mamá te regañaba si te veía sin hacer nada, nos genera algo de culpa el disfrutar el dolce far niente, el dulce placer de no hacer nada.
Así como la tierra tiene ciclos, también los seres humanos los tenemos y hay épocas en las que parecemos balas y tenemos energía ilimitada, es como si Dios supiera cuando necesitamos darlo todo para sacar adelante un proyecto, a una familia o una situación, y otras épocas en las que como un oso necesitamos invernar y literal no sentimos energía para nada.
El cuerpo es sabio y deberíamos de poder anteponer nuestras necesidades al deber ser. A pesar de todas las funciones que hoy en día una mujer tiene que cumplir, sería óptimo poder decidir sin culpa el darnos un tiempo para leer, para disfrutar de un atardecer o para tomar una taza de té suavecito y sin prisa.
Necesitamos erradicar un montón de creencias que nos llevaron a volvernos super mujeres, a pasar de ser sólo mamás o esposas, a ser empresarias, vernos espectaculares, hacer ejercicio, tener un grupo de amistades sólidas, ser exitosas, no descuidar a la familia, ni tu aspecto, ni a los hijos y en ese proceso de ser super mujeres presentes en todo, se nos olvida estar presentes para nosotras mismas. Y si, podemos triunfar y equilibrar la vida, sólo es cuestión de trabajar con la culpa y regularizar el tomar tiempo para nosotras.
Quienes tenemos hijos, hay que enseñarles que el deleite de la vida se da desde un balance, que así como volar y correr es importante, también lo es parar para deleitarse con los momentos del día a día.
¿Cuántas veces no regresas de vacaciones más cansada? Es porque cuando tomamos vacaciones ya vamos en modo burn out. Uno de los mejores regalos que nos podemos dar es, cada día permitirnos recargar baterías antes de seguir cumpliendo con todo y con todos.
Observa qué te hace feliz, qué te nutre, qué te expande y agenda un espacio diario para ti para llevarlo a cabo. Leer tu libro favorito, tomar una clase especial, ver un capítulo de tu serie o simplemente no hacer nada y ver la vida pasar.