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Por Sofía Pérez Gasque Muslera

La situación financiera de las mujeres en México presenta un panorama complejo, marcado por desafíos que afectan sus hábitos de ahorro e inversión. A pesar de que cada vez más mujeres buscan crecer financieramente, la falta de educación y acceso a servicios financieros adecuados limita su capacidad para participar plenamente en el mundo de las inversiones. 

Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, el 42.6% de las mujeres en México tiene un método de ahorro formal, aunque solo el 36% logra ahorrar más de un mes de sus ingresos. En contraste, muchas mujeres prefieren métodos informales, como guardar dinero en casa o participar en "tandas", lo que refleja una desconfianza hacia el sistema financiero formal. Esta tendencia se debe en parte a la brecha salarial, donde las mujeres ganan en promedio 10,204 pesos menos por trimestre que los hombres, lo que dificulta destinar recursos a inversiones. 

Uno de los principales obstáculos que enfrentan las mujeres es la falta de educación financiera. 

Muchas no se sienten seguras al considerar la inversión debido a mitos sobre su riesgo o la percepción de que es solo para quienes tienen un alto poder adquisitivo. Este desconocimiento puede llevar a la inacción y perpetuar su dependencia económica. Especialistas indican que es crucial ofrecer programas educativos que aborden estas barreras y que den herramientas a las mujeres para tomar decisiones informadas sobre sus finanzas. 

Aunque hay un creciente interés por parte de las mujeres en invertir, aún no existen cifras concretas que reflejen su participación en este ámbito. Sin embargo, estudios sugieren que las mujeres son más cautelosas y tienden a priorizar inversiones sostenibles y responsables. Esto se traduce en un enfoque más conservador en comparación con sus contrapartes masculinas, quienes suelen asumir mayores riesgos. 

El acceso a plataformas digitales ha facilitado la inversión para muchas mujeres. Aplicaciones de casas de bolsa y bancos han democratizado el acceso a productos financieros, permitiendo que más mujeres comiencen a invertir desde la comodidad de sus hogares. Para fomentar esta tendencia, es esencial crear conciencia sobre las herramientas disponibles y proporcionar orientación sobre cómo utilizarlas eficazmente. 

La inclusión financiera es fundamental para mejorar la situación económica de las mujeres en México. Promover hábitos de ahorro e inversión no solo beneficia a las mujeres individualmente, sino que también contribuye al desarrollo económico del país. Es imperativo que tanto el gobierno como las instituciones financieras implementen políticas que eliminen las barreras existentes y promuevan la educación financiera con perspectiva de género. Al dar herramientas a las mujeres en el ámbito financiero, se sientan las bases para una economía más equitativa y sostenible.

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@SofiaPerezGM

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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