Por Sofía Guadarrama

Muchos creen que Marko Antonio Cortés Mendoza debió haber renunciado a la dirigencia del PAN desde el momento en que se anunció la derrota de su partido en la elección presidencial y en Yucatán. 

No lo hizo. Bien. Se entiende. MORENA y sus aliados cometieron todo tipo de delitos electorales y atropellos. Ni hablar de la intervención del crimen organizado en la contienda electoral. Era imposible ganar las elecciones con un presidente de la República que hacía campaña todos los días desde las mañanera, la cual inevitablemente repercute en todos los medios de comunicación. Que si la señora equis, que si el PRIAN, que si los neoliberales… La misma cantaleta todos los días. Imposible ganarle a un merolico que hizo campaña cinco años y medio. Y si eso no es suficiente, hay que contar los ejércitos de propagandistas en redes sociales y medios de comunicación y los 19 394 servidores de la nación que hicieron campaña de puerta en puerta, amenazando que si votaban por Xóchitl Gálvez les iban a quitar los apoyos sociales. ¿Que eso no basta? Agréguele los millones de espectaculares y bardas con el nombre de Claudia Sheinbaum.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.