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Por Sofía Guadarrama

Hay quienes aseguran que el PRI está muriendo, que Alejandro Moreno lo está matando, como la exgobernadora de Yucatán y expresidenta del Partido Revolucionario Institucional, Dulce María Sauri Riancho, que advirtió que, si Alejandro Moreno Cárdenas se reelige como presidente del PRI, lo llevará a la extinción. Falso. El PRI se está transformando, está cambiando de piel, está mutando.

Todo esto comenzó en 1987, con el inicio de la sucesión presidencial. Entre los candidatos se encontraban, en primer lugar, el déspota y corrupto Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett; el Secretario particular de la Presidencia, Emilio Gamboa Patrón, el Secretario de Energía, Alfredo Del Mazo González, padre de exgobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza, el exgobernador de Michoacán, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y tras bambalinas, el desconocido Secretario de Planeación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari.

Cuauhtémoc Cárdenas había sido senador por Michoacán, Subsecretario Forestal y de la Fauna de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos y gobernador de Michoacán. Para entonces, Cuauhtémoc Cárdenas ya se sentía el elegido para la Presidencia de la República.

Pero con el destape de Carlos Salinas de Gortari, vio frustradas sus ambiciones políticas y entre él, Porfirio Muñoz Ledo y otros priístas descontentos, crearon un cisma dentro del PRI, llamado «Corriente democrática», con el objetivo de evitar que Salinas fuera el candidato a la presidencia. Entonces, al ver que no llegarían a ninguna parte, crearon el Frente Democrático Nacional, con el cual Cuauhtémoc Cárdenas sería el candidato opositor.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.