Por Sofía Guadarrama
En las últimas décadas el cine mexicano ha atravesado por una crisis de malas producciones, guiones decadentes, personajes ridículos e historias infantiles, cuando deberían ser para adultos.
No los juzgo. Es una industria complicada con inversiones muy altas y recaudaciones muy bajas. Esto se debe a que la gran mayoría del público mexicano prefiere ver comedia y cintas que no los hagan pensar. Al público lo que pida. Por lo mismo los productores mexicanos, así como las salas de cine y plataformas de streaming han optado por invertir en producciones de bajo costo y seguras en cuanto a su contenido.
Un actor malo, de Jorge Cuchí, no entra en ese tipo de películas. Es una producción arriesgada. Demasiado arriesgada en un país con un alto índice de indiferencia ante los abusos sexuales, los feminicidios y los secuestros de mujeres. En México el 97.5% de los casos de abuso sexual no son denunciados ni mucho menos investigados. Del 2.5% de los casos que se denuncian, sólo el 5% recibe una sentencia.
De acuerdo con Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), “cada hora se denuncian en México un promedio de entre tres y cuatro casos de abuso sexual y/o violaciones, es decir, 90 casos al día. Durante un año, el equipo de periodistas de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) se dedicó a obtener y analizar las cifras de delitos sexuales registrados en todo el país y encontró que en una década se denunciaron cerca de 330 mil delitos sexuales en México (un promedio de 33 mil al año). Si esta cifra se divide por día, significa que en todo el país diariamente se denuncian 90 casos de violencia sexual”.