Por Sofía Guadarrama Collado

El fin de semana el expresidente de México Ernesto Zedillo fue el orador principal de la conferencia anual de la asociación internacional de abogados, en la cual expresó abiertamente su inconformidad con la reforma al Poder Judicial y acusó al gobierno actual de crear una tiranía. Desde entonces ha concedido un par de entrevistas, algo que no había hecho desde que terminó su mandato.

En entrevista con Carlos Loret de Mola señaló a López Obrador como el arquitecto principal de una tiranía, desde hace muchos años. Asimismo, aclaró que él no le había facilitado personalmente a Andrés Manuel López Obrador que fuera candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal a pesar de que no cumplía con el requisito de residencia mínima de 5 años en la capital. Aclaró que llevó a cabo la reforma antes de que AMLO fuera presidente del PRD.  

En las últimas semanas, un ejército de cuentas pagadas por el gobierno inundó las redes con información falsa sobre las reformas que realizó Ernesto Zedillo al Poder Judicial durante su mandato. Esto para justificar las actuales reformas. El argumento era que el expresidente había llenado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con magistrados corruptos. En el camino aprovecharon para engañar a la gente más ignorante con el ya tan recalentado silogismo que el ex presidente era el responsable del FOBAPROA, aunque el endeudamiento de este gobierno sea cinco veces mayor.

¿Quién es Ernesto Zedillo Ponce de León? 

Ernesto Zedillo nació el 27 de diciembre de 1951 en el seno de una familia modesta, la cual se mudó a Mexicali, Baja California cuando Ernesto tenía 4 años. Regresaron a la capital diez años después. En 1972 concluyó la licenciatura en economía en el Instituto Politécnico Nacional. En 1974 obtuvo la beca del CONACYT para estudiar la maestría y doctorado en economía en la universidad de Yale.

A su regreso, en 1978, comenzó a trabajar como subgerente de Investigación Económica y Financiera en el Banco de México y como maestro en el IPN. Después fue nombrado director del Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios del Banxico. En 1987 asumió el cargo de subsecretario de Programación y Presupuesto, en el gobierno de Miguel De la Madrid. Con el ascenso de Carlos Salinas de Gortari, Zedillo fue nombrado Secretario de Programación y Presupuesto. En 1992 recibió el cargo de Secretario de Educación Pública. Y en 1994 se convirtió en coordinador de la campaña de Luis Donaldo Colosio. 

Zedillo era un brillante economista. No era político. Llegó a la presidencia sin una pizca de experiencia en materia política. Si Luis Donaldo Colosio no hubiera sido asesinado, el PRI jamás lo habría elegido como candidato suplente a la presidencia, pero Zedillo era el único miembro del salinismo que —por la proximidad de las elecciones— no estaba impedido por la Constitución Mexicana para ser candidato.Todos los secretarios de Estado que podían haber sido candidatos no habían renunciado a sus cargos seis meses antes de las elecciones. Los únicos eran Fernando Ortiz Arana y Ernesto Zedillo. 

Carlos Salinas de Gortari tenía tres colaboradores muy cercanos: Manuel Camacho Solís, Rogelio Montemayor y el francés, de ascendencia española y naturalizado mexicano, Joseph-Marie Córdoba Montoya, el mismo que fue señalado por muchos —entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas— como el autor intelectual del asesinato de Colosio, sin embargo, nunca se comprobó nada.

Cuando Salinas le pidió a Córdoba Montoya que le consiguiera un economista, éste le llevó al sonorense Luis Donaldo Colosio Murrieta, con quien años más tarde terminaría distanciado. El mismo Córdoba Montoya fue quien impuso a Ernesto Zedillo como coordinador de campaña de Colosio y candidato tras su asesinato.

El lema de campaña de Zedillo era “Bienestar para la familia”. 

Su Gobierno comenzó muy mal, lo que la historia denominó “el error de diciembre” y “el efecto tequila”. En aquellos años, el presidente era el único que podía decidir si se devaluaba el peso o no. Y Carlos Salinas de Gortari se había negado a devaluar el peso en los últimos meses, para que su gobierno no quedara marcado por una devaluación. 

Pero la fuga de dólares exigía la devaluación del peso. Entonces el recién electo presidente hizo las gestiones necesarias para dar ese paso un 15 %. Pero… El Secretario de Hacienda Jaime Serra Puche tuvo una comida con banqueros y empresarios y cometió el gravísimo error de anunciarles que el gobierno devaluaría el peso en dos días. Acto seguido, hubo una fuga masiva de dólares, lo que provocó una devaluación de 3.50 a 6.30, que pronto llegó a los 9.  semanas después, Serra Puche fue destituido del cargo. 

A pesar del desastre, el presidente Bill Clinton, tenía mucha fe en Ernesto Zedillo, y por lo tanto el Tesoro de Estados Unidos le inyectó a México 51,000 millones de dólares. Pero eso no fue suficiente porque poco después los bancos se declararon en bancarrota. Y para salvar los ahorros de los mexicanos se utilizó —no se creó, pues ya existía— el FOBAPROA. Al final de su sexenio, el crecimiento promedio del PIB fue de 3.4 por ciento al año.

Como presidente también tuvo mano dura. Sí castigó a los gobernadores corruptos y delincuentes: quitó a cinco. Al gobernador de Chiapas, Eduardo Robledo Rincón; el de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer por la matanza de Aguas Blancas; de Nuevo León, Sócrates Rizzo García, por corrupción; al gobernador Julio Cesar Ferro por la matanza de Acteal, Chiapas; y Jorge Carrillo Olea, gobernador de Morelos. 

Durante su gobierno hubo 80 mil 311 homicidios y 26 periodistas asesinados. En el combate al narcotráfico fue un fracaso, pero no había tantos cárteles y no se estaban matando entre sí. 

Una de sus principales virtudes como mandatario fue establecer, lo que él mismo llamó “una sana distancia” entre él y el PRI. Por primera vez en la historia de México, un presidente no hacía campaña por su partido. 

Durante su mandato, en enero de 1995 la Suprema Corte de Justicia de la Nación se convirtió en un árbitro independiente, como tribunal constitucional. Él mismo aclaró en entrevista con Carlos Loret de Mola, que no impuso la Reforma, sino que se reunió con diputados y senadores de todos los partidos y les propuso que trabajaran en el proyecto. 

Otro de sus grandes logros fue que, en 1996, el IFE obtuvo su autonomía y eliminó la condición de que el Secretario de Gobernación fuera el presidente del IFE y a los partidos se les quitó el derecho al voto. Además, autorizó el aumento al presupuesto para los partidos de oposición, para que las siguientes elecciones fueran parejas. 

Y en 1997 el PRI perdió la mayoría absoluta, contó con sólo 239 diputados. Ese mismo año, Cuauhtémoc Cárdenas ganó las elecciones del Distrito Federal y el PRD se llevó las jefaturas de todas las delegaciones. 

Ernesto Zedillo cometió muchos errores durante su mandato. Eso no se puede ocultar. Pero si se hace un balance, pesan más sus aciertos.

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@SofiaGuadarramaC

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