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Por Sofía Guadarrama Collado

Óscar Maydon y Fuerza Regida lanzaron recientemente una canción del género corridos tumbados, titulada Tu boda, la cual dice lo siguiente:

Siento un vacío muy frío por dentro, mi amor. Cuando te fuiste, te robaste mi corazón. Me quedé loco de tanto pensar y pensar. Me iré al infierno, pero me tengo que vengar. Quiero manchar el vestido blanco de rojo. Sé que el altar de Dios es santo, pero, mi amor, cien invitados y todos tendrán que mirar que nuestro amor va al más allá. Quiero que bailemos juntos en el cielo o el infierno, pero sin ese puto, el que te ha apartado todo este tiempo de mí, al inconsciente que hizo que no fueras pa’ mí. Danza, una danza eterna. Pero me voy contigo, pero nos vamos juntos.

Escuchar este esperpento fue un tormento por dos razones: no me gusta este género musical (sí es que así se le puede llamar), y la letra me parece repugnante. Habiendo tantas formas tan hermosas y elegantes de despedirse del amor perdido o de llorar por un abandono, como Mocedades que nos cantaron: 

¿Quién te cantará con esa guitarra? ¿Quién la hará sonar cuando no esté yo? ¿Quién dará a tu casa color y a tu lecho calor? ¿Quién te hará el amor? 

O con el romanticismo de Manzanero:

Nos hizo falta tiempo. Nos comimos el tiempo. El beso que forjamos. Aquel vino que probamos. Se fue de nuestras manos.

O la poesía nostálgica de Dyango.

He visto entre los árboles tu pelo que jugaba con el viento. De pronto un sentimiento se apodera de mi mente y eres tú. El sol se ha levantado por levante. Y el mar te está mirando desde el sur. Te miro y de repente el horizonte es tan distante como tú.

En cambio, Óscar Maydon y Fuerza Regida optaron por lo fácil, lo estridente y lo violento, como muchas cosas que se producen hoy en día: al ahí se va, sin el menor recato, sin el mínimo control de calidad, sin amor al trabajo que realizan y sin respeto a su audiencia. Quizá porque la audiencia es cada día menos exigente y más ignorante. Quizá seamos una generación en decadencia. 

¿Por qué esta vez agachas la mirada? Me pides que sigamos siendo amigos. ¿Amigos para qué? ¡Maldita sea!

Es esa ignorancia la que nos ha llevado a normalizar la violencia contra las mujeres, los feminicidios y los abusos sexuales.

Déjenme si estoy llorando. Ni un consuelo estoy buscando. Quiero estar solo con mi dolor.

Los corridos tumbados, los corridos bélicos y el reguetón son las expresiones más violentas que existen en géneros musicales por sus apologías del delito, del narcotráfico y de la violencia de género.

En días recientes, se hizo viral —quizá como estrategia de mercado— una publicación en X en la que se asegura que el Instituto de las Mujeres (Inmujeres) presentó una denuncia ante la FGR para que se retire dicha canción de las plataformas digitales; no obstante, esto es totalmente falso. Hasta el momento, el Instituto de las Mujeres no ha hecho nada al respecto.

Cuando en las noches nace el rocío. Y en los jardines nace la flor. Así en mi alma, niña adorada naciste tú.

Yo no soy quién para exigir que una canción se retire del mercado. Creo firmemente que la “cancelación” o la censura únicamente le da más visibilidad a lo que se intenta prohibir. La gente es libre de escuchar lo que les dé la gana, aunque sea un mugrero y aunque no me guste.

Lo que sí me parece lamentable es la poca atención que el Instituto de las Mujeres ha hecho a favor de las mujeres en estos 23 días de gobierno. Su página ni siquiera ha sido modificada a Secretaría de la Mujer. Sigue apareciendo como INMUJERES. Sus únicas dos publicaciones desde que inició el gobierno son sobre Modelo de atención a la Salud Mental y atención en crisis de mujeres migrantes y Portafolio Digital: Promoción de Derechos Humanos de las Mujeres en Contextos de Movilidad. Todo lo demás es del gobierno anterior.

Y si quieren saber de tu pasado, es preciso decir una mentira. Di que vienes de allá, de un mundo raro; que no sabes llorar; que no entiendes de amor y que nunca has amado.

Es cierto que Claudia Sheinbaum presentó una serie de reformas constitucionales que serán enviadas al Congreso, en las cuales se pretende garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres; ampliar la obligatoriedad de paridad de género en toda la Administración Pública Federal y estatal para gabinetes en entidades y municipios; fortalecer las medidas de protección para las mujeres en materia de violencia digital; garantizar mayor protección para las mujeres frente a la denominada ley vicaría (violencia contra las mujeres ejercida a través de una tercera persona); que todas las entidades federativas cuenten con fiscales de investigación de delitos por razón de género; que se establezca que las instituciones de seguridad pública y procuración de justicia ajusten sus actuaciones con perspectiva de género; que se establezca en la Constitución el derecho de todas las personas a un vida libre de violencia; que se disponga que el Estado mexicano tenga deberes reforzados con las mujeres y que se establezca que las autoridades federales puedan conocer de las medidas de protección que derivan de delitos del fuero común.

Voy viviendo ya de tus mentiras. Sé que tu cariño no, no es sincero.

Todo esto suena muy bonito, sin embargo, muchas de estas iniciativas ya son leyes. Lo que nos invita a cuestionarnos si Claudia Sheinbaum no estaba informada de esto o simplemente, como se dice coloquialmente, nos quiere dar atole con el dedo.

Mentiras, mentira. Tú me enamoraste a base de mentiras, mentiras. Tú me alimentaste siempre de mentiras, mentiras.

Tenemos a la primera mujer presidente de México. La que nos aseguró en el Congreso que no había llegado sola, sino que habíamos llegado todas. 

Miénteme como siempre, por favor miénteme. Necesito creerte. Convénceme.

No sólo tenemos a la primera mujer en la presidencia, sino que también a la más poderosa de la historia moderna. Más poderosa que Gustavo Díaz Ordaz, más poderosa que Carlos Salinas de Gortari y más poderosa que Andrés Manuel López Obrador. Ella podrá hacer todo lo que AMLO no pudo por las limitaciones que le puso la SCJN. Claudia Sheinbaum no necesita demoler a la Suprema Corte de Justicia de La Nación, ya que el próximo 30 de noviembre de 2024 el ministro Luis María Aguilar concluirá su gestión y Claudia Sheinbaum podrá plácidamente instalar en su lugar a otra Lenia (no porque sea mujer sino porque es castro-chavista) y el próximo 8 de febrero de 2026, el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo dejará el cargo. 

Con la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el bolsillo, Claudia Sheinbaum podría triturar todas las hojas de la Constitución Mexicana y hacer relleno para cajas de regalo.

Te regalo una rosa. La encontré en el camino. No sé si está desnuda o tiene un sólo vestido.

Con todo el poder que la presidenta tiene (y tendrá), podría —dejar de perder el tiempo en nimiedades como exigirle a la corona española que se disculpe por la Conquista— y dedicárselo a la reconstrucción social. Imagínense que le dedicara 30 minutos de sus mañaneras a las mujeres. Así como López Obrador propagó tanto odio hacia Felipe Calderón en seis años —yo era feliz contigo, vida mía, tú eras principio y fin de mi alegríaClaudia podría contagiar entre los hombres el respeto a las mujeres y podría disminuir los abusos sexuales, los secuestros y los feminicidios. El púlpito de Palacio Nacional tiene la resonancia más poderosa del país.

Si Claudia fuera feminista, ya habría emprendido una campaña en radio, televisión y medios digitales. Si fuera feminista, una de sus primeras instrucciones como presidenta habría sido exigirle a policías, fiscalías y jueces resolver de inmediato todos los casos de mujeres desaparecidas, violadas y asesinadas. Pero no lo es. No llegamos todas. Sólo llegaron Claudia y Andrés.

Mentira. Lo nuestro siempre fue, una mentira, una piadosa, pero cruel mentira. Esas palabras bellas que se dicen nos dejan en el fondo cicatrices.

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@SofiaGuadarramaC

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