Por Sofia Guadarrama Collado
Mucho se ha hablado de la ideología de MORENA, de AMLO y de la actual “presidenta” de México. Pero la realidad es que ni el partido ni los dirigentes tienen una ideología; tienen un sólo objetivo y lo están consiguiendo: establecer una dictadura.
Están desmantelando todo lo que se construyó a jaloneos entre la derecha y la izquierda en las últimas cinco décadas. Ya aplastaron al PRI, al PAN, a MC y se devoraron a los partidos satélite de la supuesta izquierda mexicana.
Nada importa más que su proyecto de desmantelamiento. Ya ni siquiera les importa la simulación. Ya no les interesa negociar con la oposición. No les importa la calificación de México ni el T-MEC. Tampoco parece interesarles arreglar los conflictos con Estados Unidos. Incluso podríamos o deberíamos hacernos a la idea de que justo lo que quieren es romper relaciones con Estados Unidos y Canadá para nacionalizar un puñado de empresas, como lo hizo Hugo Chávez en Venezuela, congelarles sus cuentas bancarias y acusar a Donald Trump de imponer un bloqueo contra México o violar nuestra soberanía al invadir nuestro país con sus militares en busca de narcotraficantes, que ellos decidieron llamar terroristas.
Si nos vamos al lado más pesimista, todo está perdido. Pero si alzamos la mirada hacia el horizonte quizá podamos ver algo.
Creo y necesito creer que podemos salir de este infierno en el que nos metieron el PRI, el PAN, el PRD, el PVEM, el PT, MC y MORENA. Y también debemos reconocer que como sociedad indiferente nos metimos nosotros mismos.
¿Se puede crear un nuevo partido sin políticos salidos de la casta política vieja? ¿Se puede crear una nueva fuerza política sin las mañas y vicios de los partidos que ya conocemos?
No lo sé. No soy partidista, pero sí creo que no toda nuestra clase política está podrida. Necesito tener un poco de esperanza. Sin eso no hay vida.
El próximo 20 de enero de 2025 el Frente Cívico Nacional presentará su solicitud ante el Instituto Nacional Electoral para convertirse en un «partido político que no se llame partido», de acuerdo con Leonardo Valdés Zurita, el último presidente del Instituto Federal Electoral (IFE). «Un partido que no sea de izquierda ni de derecha».
Durante el Encuentro Nacional Ciudadano al que fueron convocados representantes de los 32 estados y de 270 distritos electorales este sábado en la Ciudad de México, Guadalupe Acosta Naranjo dijo que mantendrán el espíritu unitario y que deberán cumplir con las reglas básicas ante la creación de una nueva fuerza política:
• Que los dirigentes no puedan ni deban ser candidatos a nada,
• Que las causas sean por delante de los intereses de las cúpulas, y
• Que los candidatos no los pongan los dirigentes, sino que salgan de elecciones primarias.
Voy a ser muy honesta y pesimista, porque no me gusta soñar en vano, aunque sigo teniendo esperanza: dudo que el INE de AMLO les dé el registro. Guadalupe Taddei perdería mucho si permitiera que el Frente Cívico Nacional se convierta en partido político. Perdonen mi pesimismo, pero si vemos con lupa los acontecimientos en la política nacional, no sólo en los últimos 58 días, sino en los últimos tres sexenios, López Obrador ha sabido manipularlo todo a su antojo. Si logró que el INE dirigido por Lorenzo Córdova le negará el registro al partido de Felipe Calderón, ¡qué no logrará con Guadalupe Taddei al frente!
Espero equivocarme. Deseo estar en un error y que el próximo año podamos contar con un nuevo partido político con ideología de verdad. Una ideología que busque el bien de las y los mexicanos. Un partido político que sea menos corrupto que los que tenemos. Sé que es pueril soñar con un partido cien por ciento honesto. Pero por lo menos, a un grupo de políticos más comprometidos con la sociedad.
De lo contrario, deberemos esperar hasta el 2031 para la formación de una nueva fuerza política en México, si es que en el camino, MORENA y aliados no nos cambian la Constitución y cuadruplican los requisitos para solicitar el registro para crear un nuevo partido político.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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