Por Sofía Guadarrama Collado
Luis Echeverría Álvarez es hasta el día de hoy uno de los peores presidentes que ha tenido México. Sin embargo, no todo fue malo. Uno de sus grandes logros fue y sigue siendo el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) fundado el 21 de abril de 1972, el cual administra los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda de más de 56 millones de derechohabientes. Desde su fundación, el INFONAVIT ha otorgado más de 12 millones de créditos.
Ahora bien, no todo ha sido miel sobre hojuelas. Los derechohabientes —que lo bautizaron como INFIERNAVIT— se han quejado por décadas de la mala calidad de materiales y construcción de sus viviendas; el tamaño y pésima distribución de las habitaciones; retrasos en las entregas; servicio al cliente deficiente y lento; burocracia y trámites administrativos complicados y frustrantes; ubicación de las viviendas, por lo general afuera de las ciudades; las condiciones del financiamiento, la falta de transparencia y lo peor de todo, las cuentas impagables.
Hace algunas semanas, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que pretende construir un millón de viviendas en este sexenio y que congelarán 4 millones de créditos del INFONAVIT, que recibieron un crédito bajo los esquemas de Veces Salarios Mínimos (VSM) y de ‘viejos pesos’. Populismo puro y duro.
Todo esto suena fabuloso. ¿Pero a costa de qué? A costa de otros cuentahabientes. Todos esos intereses que 4 millones no pagarán, saldrán de los rendimientos de los nuevos ahorradores. Es decir que, si un trabajador ahorraba 50,000 pesos, ya no le darán el 5% de rendimientos, probablemente sólo le den el 3% o el 2%, pero eso ya no se los van a decir.
La realidad es que, con esto, Claudia Sheinbaum lanzó fuegos artificiales al cielo para distraer a la población, como todo lo que hace MORENA. Pero como no fue suficiente para distraer a la población se inventaron un pleito entre Adán Augusto y Ricardo Monreal. Nunca hay que confiarnos del partido en el poder, porque siempre hay una trampa.
Claudia Sheinbaum necesita mucho dinero para la campaña electoral del 2030, quien quiera que sea el o la candidata. Y la única forma de coaccionar el voto es por medio de los programas sociales. Para ello necesita millones de pesos. Por eso va por $230 mil millones de dólares del Banco de México, que el artículo 28 constitucional le prohíbe utilizar y los 2 billones de pesos que tiene el fondo de los trabajadores del INFONAVIT.
El viernes 16 de diciembre, al inicio de las vacaciones decembrinas, el Senado aprobó en un albazo, las reformas de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) y la Ley Federal del Trabajo (LFT) en materia de vivienda con orientación social, la creación de una empresa para la construcción de viviendas y programas para facilitar el acceso a la vivienda mediante esquemas de renta.
En pocas palabras, pretenden devolver al Estado el control absoluto del dinero de los trabajadores. MORENA podrá meterle las uñas a esos 2 billones de pesos para utilizarlos como les dé la gana, ya sea en becas, o en espectaculares para sus campañas electorales o para la ampliación de un rancho.
Está más que claro que el gobierno no sabe administrar empresas. Nunca lo ha sabido hacer. Todas las empresas que administran se van a la quiebra: TELMEX, IMEVISIÓN, CFE, PEMEX, Tren Maya, Mexicana de Aviación, Gas del Bienestar.
¿Quién administrará la nueva constructora del INFONAVIT? ¿El Ejército? ¿Octavio Romero Oropeza? ¿El mismo ingeniero agrónomo tabasqueño que administró PEMEX en el sexenio pasado y que la dejó en bancarrota? ¿El amigo de Andrés Manuel López Obrador? Nadie podrá auditarlos. Ya no habrá INAI. Nadie podrá defender los ahorros de los trabajadores.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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