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Por  Pérez Gasque Muslera

El fenómeno del nearshoring ha posicionado a México como un destino estratégico para la inversión extranjera directa, impulsando un crecimiento económico notable. 

Según datos del INEGI, el valor de las exportaciones manufactureras a Estados Unidos, principal destino de los productos nearshoring, aumentó un 25% entre 2020 y 2023. 

Este crecimiento ha generado una demanda creciente de mano de obra calificada y ha puesto en el centro de la discusión la importancia de contar con una cultura organizacional sólida y equitativa. 

Un estudio realizado por Deloitte reveló que las empresas mexicanas con una cultura organizacional fuerte tienen un 30% más de probabilidades de retener talento y un 50% más de probabilidades de superar sus objetivos financieros. En el contexto del nearshoring, una cultura organizacional sólida se traduce en mayor adaptabilidad a los cambios del mercado, mayor colaboración entre equipos y una mayor capacidad para innovar. Esto es crucial en un entorno donde las empresas deben reaccionar rápidamente a las fluctuaciones de la demanda y a los cambios en las regulaciones. 

La equidad de género es un factor determinante para el éxito a largo plazo de las empresas y una cultura organizacional exitosa. Un informe de McKinsey & Company señala que las empresas con una mayor diversidad de género en sus equipos directivos tienen un 25% más de probabilidades de obtener mejores resultados financieros. En México, aunque se han logrado avances significativos, aún persisten brechas de género en el mundo laboral. Según datos del INEGI, las mujeres ganan en promedio un 16% menos que los hombres para puestos de similar categoría. Esta disparidad no sólo es injusta, sino que también limita el potencial de crecimiento de las empresas. 

Por lo que es importante resaltar que el nearshoring ofrece una oportunidad única para avanzar hacia una mayor equidad de género en el ámbito laboral. Empresas como Cemex, líder en el sector de la construcción, han implementado políticas de igualdad de oportunidades que han permitido aumentar la representación de mujeres en puestos de liderazgo en un 30% en los últimos cinco años. Además, han establecido metas ambiciosas para lograr una paridad de género en todos los niveles de la organización para el año 2025.

Así que, no dejemos a un lado que el nearshoring representa una oportunidad sin precedentes para transformar la economía mexicana y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Sin embargo, para aprovechar al máximo este potencial, es fundamental que las empresas adopten una cultura organizacional sólida y promuevan la equidad de género. Al hacerlo, no sólo estaremos contribuyendo al crecimiento económico del país, sino también a la construcción de un futuro más justo y equitativo para todas y todos. 

Con el nearshoring como catalizador, México tiene la oportunidad de redefinir su panorama laboral y empresarial. Fomentar una cultura organizacional inclusiva y equitativa no solo es un imperativo moral, sino también una estrategia inteligente para asegurar el éxito en un mercado global en constante evolución.

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