Ha pasado una semana desde que se dio a conocer que Citigroup pondría a la venta el segmento minorista de su presencia en México, para deshacerse de los créditos a personas y empresas, banca patrimonial, Afore, seguros, tarjetas de crédito y cuentas de débito, que constituye más del 70% de su negocio en el país. Se quedaría con el mercado de la banca corporativa, de los grandes clientes, que les da servicio a quienes forman parte de la integración comercial con Estados Unidos. Es decir, no sale del país, pero no se queda con todo el paquete.
Hay mensajes alineados. Tanto el grupo financiero como la Secretaría de Hacienda coinciden en que el anuncio a la autoridad se hizo con el debido tiempo, que es parte de una estrategia global que lleva una década en curso y que no es personal. Indican que tanto empleados como clientes del Citibanamex no tienen que temer por sus empleos ni sus cuentas.
Pero hay una comunicación aledaña, sutil, que es importante descifrar conforme vayamos teniendo más información. La primera duda que surge es, si hay un tratado de libre comercio en curso, si la meta es la integración financiera y económica de América del Norte –México incluido–, si esta integración es tan importante para los gobiernos de los tres países –Canadá incluido– y para los mercados, ¿por qué Citi no se queda en la banca minorista en México, como lo hace en EUA?
Acá son dos temas, pero están ineludiblemente entrelazados. Primero, México es el principal mercado de Citi en el exterior, y justamente por eso se queda en la banca corporativa, la de los grandes clientes y la integración comercial. Citi sostiene que México es un mercado prioritario para el grupo, y que será destino de inversiones globales y flujos comerciales en el futuro. Por eso no salen del país, pero están reorganizando el modelo de negocio. Es su vocación histórica, argumenta Citi. En contraste, la vocación de Banamex ha sido la de tener presencia en el territorio, con sucursales que atienden a gran parte del mercado minorista. Como muestra, hoy Citibanamex tiene 16% del mercado de crédito al consumo, sobre todo en tarjetas de crédito. La tensión entre estas dos vocaciones –la de Citigroup y la Banamex– ofrece contexto sobre por qué le tocó el turno a México en un mal momento, en medio del estancamiento en pleno proceso de recuperación económica y en un contexto de alta inflación. Pésimo timing.
Seguramente la segunda respuesta a por qué Citi sí se queda en el mercado minorista en EUA pero no en México está inmersa en una lógica de negocio. Como cualquier empresa, uno se dedica a aquello en lo que es mejor haciendo y ganando dinero. El clásico zapatero a tus zapatos. Pero es inevitable pensar que una salida de esta naturaleza en este momento tiene algo que ver con el estancamiento en la recuperación del consumo privado y del poder adquisitivo de una población que aún es joven –50% de nuestra población tiene 29 años o menos, mientras que en EUA esa cifra es de 38 años–, pero que no verá un incremento generalizado y suficiente de sus ingresos en el mediano plazo. Tiene que ver con la crisis global, con nuestro desempeño como mercado emergente, pero también con la atención en la pandemia. El gobierno prefirió invertir poco y mal, apenas 2.6% del PIB en el tercer trimestre de 2020 y 3.1% en el mismo periodo de 2021, cuando en la crisis global previa el gobierno invirtió más del doble en términos proporcionales. En vez de promover más micro, pequeñas y medianas empresas durante los meses más álgidos de la pandemia dedicó más recursos a los megaproyectos. Apenas 39 mil millones de pesos en microcréditos y financiamiento a microempresas en 2020, y sólo 3.1 mil millones de pesos en 2021 –Dos Bocas recibió, en 2021, más de 150 mil millones de pesos–. No se otorgaron créditos fiscales o prórrogas para el pago de cuotas patronales al IMSS.
Tampoco hubo lana para entregar al público como en EUA, pero el esfuerzo de la administración no estuvo enfocado en cuidar a los negocios instalados, en incrementar la inversión pública como motor de la economía ni en promover una recuperación económica orgánica, sino que, al igual que apostó por la inmunidad de rebaño –tuvimos pocas pruebas en las primeras tres olas, muchos muertos y la estrategia de vacunación aún no incluye a los niños–, también apostó por la resiliencia natural de los negocios: rásquense como puedan. 1.6 millones de empresas murieron durante 2021, sólo 1.2 millones de empresas nacieron, y al cierre del año pasado teníamos 8.2% menos empresas que antes de la pandemia.
Pero hay vacíos que resuenan. Tras el anuncio, la SHCP tardó 24 horas en emitir un comunicado y la Asociación de Bancos de México no se pronunció con prontitud. ¿Por qué? En parte porque hay muchas variables en juego, negociaciones que no conocemos e incluso es posible que ya haya un comprador. Esto es importante porque de ello dependerá el futuro de los empleados de Banamex en el mediano plazo. Si lo compra un banco con presencia en México se harán reestructuras. ¿Para qué querría un bancote tener varias sucursales en una misma cuadra, con el doble de empleados, con redundancia en los departamentos legales, de Afore, crédito hipotecario, marketing y otros? Si lo compra un nuevo competidor también habrá ajustes al modelo de negocio.
Al final, los dados estaban echados, pero no vimos las señales. Desde hace 10 años Citi en EUA y Citibanamex en México no ofrecen los mismos productos ni beneficios de interconexión y manejo de cuentas en ambos países para un mismo cliente minorista, lo cual se debe en parte a las diferencias en regulación, pero también a la capacidad del sistema financiero en México, a la inversión en tecnologías de la información y telecomunicaciones, pero también a los planes de Citigroup desde entonces.
Ojalá que a lo largo del proceso la autoridad sea oportuna en su comunicación y en su actuación. Si bien los servicios financieros son de los pocos que lograron recuperarse con prontitud tras los primeros confinamientos, el mercado laboral en general no está recuperando puestos de trabajo perdidos con suficiente agilidad. Cerramos el año 2021 casi 700 mil empleos formales por debajo de donde debiéramos estar si no hubiera habido pandemia, y casi 400 debajo de la meta que México, ¿cómo vamos? plantea para incorporar a la población más joven.
¿Y los tarjetahabientes y clientes de Banamex? Nada, por ahora todo sigue igual, porque en caso de problemas los tendría todo el sistema financiero. Sin embargo, según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, 2021 cierra con señales de salud financiera, con una razón de capital sobre activos de casi el doble de lo que la regulación marca (19% de índice de capitalización en la banca múltiple) y un índice de morosidad menor que en 2020. Así que por ahora los clientes pequeños, como tú y yo, tranquilos.
@Sofia_RamirezA
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