Entre los saldos de la pandemia está la pérdida en años de educación. De los 34 millones de niñas y niños que estaban inscritos en el ciclo escolar 2019-2020 (INEGI), en el 2020-2021 se reinscribieron 30 millones, y un par de millones adicionales no ingresaron al sistema educativo por la pandemia.
La SEP aún no publica cifras definitivas para el actual ciclo (2021-2022), según declaraciones de su titular sólo 12 millones de menores regresaron a clases presenciales. ¿Dónde está el resto? Posiblemente trabajando, dado que uno de cada cinco menores que dejó la escuela durante el primer año de pandemia lo hizo por razones económicas del hogar, apoyando en casa, dado que el trabajo doméstico no remunerado aumentó en 5 puntos del PIB entre 2019 y 2020, o algunos incluso viendo la vida pasar porque no hay quien les supervise.
Pero en realidad, todas esas personas deberían estar en la escuela.
Nora Lustig, profesora de economía y especialista en los determinantes de la desigualdad y la pobreza, junto con otros colegas, encontró que la probabilidad de que las niñas y niños de hogares donde los padres tienen bajos niveles educativos regresen a clases tras la pandemia se redujo a la mitad en México, mientras que los menores de hogares con padres altamente educados casi no se vio afectada. Es decir, la escolaridad es un círculo virtuoso –los más educados mandan a sus hijos a la escuela a pesar de los choques externos, como las pandemias-- mientras que la falta de educación es un círculo vicioso que perpetúa la pobreza y la desigualdad por generaciones.
Omicron nos recibe al inicio del ciclo escolar en enero 2022 como es una variante hipercontagiosa del Covid, que si bien parece ser menos letal para personas vacunadas –en Mx sólo 63% de la población ha recibido al menos una dosis-- lo cierto es que si los casos aumentan rápidamente, el sistema de salud puede verse duramente comprometido. No en balde 11 de las 32 entidades federativas no regresaron a clases este lunes 3 de enero.
Algunas voces hablan de que esta variante del virus es mecanismo de inmunización natural universal –lo cual es peligroso porque provoca que las personas puedan relajar las medidas de prevención, generando más contagios--. Algunos otros hablan de que Omicron y las nuevas variantes pueden evadir la inmunidad de las vacunas que existen actualmente, por lo que urge seguir con la vacunación universal, las medidas de contención y la investigación para tener mejores vacunas. De lo contrario, en el camino se van a seguir perdiendo vidas de niños, jóvenes y adultos. Es decir, seguimos en un momento complejo por los siguientes motivos:
- En México, los menores de entre 12 y 17 años son elegibles para ser vacunados, pero hasta ahora sólo se ha aplicado el biológico a menores que cuentan con un amparo. Y quienes estando sanos son vacunados bajo acusaciones ofensivas de funcionarios federales de estarle quitando “su dosis” a una persona de mayor vulnerabilidad. Es un argumento ruin e impreciso, que busca responsabilizar públicamente a los niños de la ausencia de previsión del gobierno, para ocultar su falta de planeación. Debiera haber un plan de vacunación progresivo para todos.
- Dado que Omicron ha mostrado ser menos letal para quienes están vacunados, parece que el gobierno no quiere proteger a las infancias, sino sólo buscar la inmunidad de rebaño, así cueste vidas. En 2020, en México se registraron de 469 muertes de menores de 14 años y menos por Covid, pero se sumaron 926 para personas de 15 a 24 años por esta misma causa. Fuentes periodísticas citan informes oficiales con 758 defunciones de menores de 17 años hasta agosto 2021. El sistema de protección a menores en México (SIPINNA) dejó de actualizar sus cifras en marzo 2021. Pero en EUA y otros países con mejores estadísticas el aumento en los casos de menores no vacunados ha ido al alza en semanas recientes, marcando cifras históricas de contagios sin contar a quienes hacen sus pruebas en casa.
- Cuando un sistema de salud se satura porque muchas personas se enferman al mismo tiempo, también mueren quienes no fueron atendidas por paros cardiacos, partos o accidentes. El exceso de mortalidad en México en 2020 fue de 43%. De ese tamaño es la tragedia.
Hemos perdido entre uno y tres ciclos escolares de nuestras infancias por la pandemia en términos de aprendizaje, por la presencia del virus, los confinamientos, pero también por el incremento de las brechas digitales, económicas, de quienes no pudieron conectarse vía zoom, de quienes sólo pudieron ver la tele o compartir un celular, por turnos, sin supervisión ni acompañamiento, durante 22 meses ya.
Arrastramos un importante rezago educativo previo a la pandemia. Tenemos de los peores desempeños en materia educativa de la OCDE, de Norteamérica, y de tantos otros índices. Hemos visto cómo se ha deteriorado la calidad de la educación en los últimos 6 años en prácticamente todos los estados.
Figura 1. Índice de Progreso Social México. Componente de Acceso a conocimientos básicos.
Estamos reabriendo las escuelas realmente por primera vez desde que nos confinamos en marzo de 2020. Es urgente vacunar con dosis de refuerzo a maestros pero también planear la estrategia de vacunación de menores de 17 años, como en EUA, Europa y Argentina. La educación es prioritaria para reducir la pobreza y la desigualdad en el mediano plazo.
El inicio del fin de la pandemia comenzó con las vacunas, pero sólo si éstas se aplican.
Prioricemos las vidas, detengamos la propagación en México vacunando a quienes se puede vacunar: niños y niñas de más de 12 años, y busquemos que COFEPRIS apruebe la vacunación para infancias de 5 años en adelante.
No es momento de titubear. Omicron va a clausurar muchas actividades --económicas y sociales-- este año; posiblemente en menor medida por muertes, pero sí por ausencias laborales y escolares. Las líneas áreas y los aeropuertos están desprovistos de personal. Pronto también los hospitales y las escuelas.
Vacunando a los niños tendremos posibilidad de salvar vidas, de que las infancias regresen a clases, que haya menor ausentismo de las madres y padres en sus trabajos, y más niños recuperen el tiempo perdido en confinamiento.
@Sofia_RamirezA
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