Ayer jueves 6 de octubre, la hasta entonces secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, anunció en la conferencia matutina del presidente López Obrador su salida del gabinete. Hay muchas especulaciones alrededor de su decisión y sobre todo mucha confusión respecto a lo que ello implica, pero se vislumbran al menos tres razones para su salida, dos consecuencias directas y una oportunidad para el gobierno.
En el mensaje que leyó en la mañanera, Tatiana usa lenguaje particularmente amable y cariñoso; le habla al presidente con similitudes del beisbol, deporte que le encanta a AMLO, pero sin ser condescendiente. El presidente le responde con frialdad visible a todas luces. Ella lo abraza, él se mantiene aplaudiendo. Mal termina.
Entre líneas y en el contexto, pareciera que la salida de Tatiana Clouthier responde a un mal trato que se hiciera evidente en cadena nacional. Ella acompañó a AMLO encabezando su campaña presidencial y ahora renuncia, entre otras cosas, por ese desdén hacia lo que probablemente Tatiana opinaba y recomendaba. Además, Tatiana fue muy vocal desde 2018 en su rechazo a la militarización de la seguridad pública y del país. Hoy, con un grupo aeroportuario y ferroviario a su cargo, la institucionalización de su presencia extendida en labores de seguridad pública y más recursos combinados que nunca antes en la historia de México, los militares son actores políticos, no sólo garantes de la seguridad interior, como lo marca la ley orgánica que los regula. Esa debió ser una razón fundamental para la salida de Tatiana.
La tercera razón fue seguramente el riesgo que representa el fin del periodo de consultas por parte de Estados Unidos y Canadá, que se cumplió esta misma semana. Sin embargo, como ha señalado Rosanety Barrios en varias ocasiones, dado que la contraparte amplió de manera voluntaria el plazo para las negociaciones, este riesgo parece mitigado siempre y cuando no haya un cambio de señales en los términos de lo conversado hasta ahora. La disputa, recordemos, es sobre el trato preferencial que la ley le otorga a CFE y a Pemex por encima de otras empresas estadounidenses y canadienses en el sector energético. Siendo la soberanía energética una agenda importante para nuestro presidente y fuente de popularidad en tiempos electorales, es una agradable sorpresa que EUA haya anunciado que se alargaría el periodo de consultas más allá de los plazos establecidos en el TMEC, porque de establecerse un panel probablemente México acabaría siendo sancionado.
No se necesita ser economista para saber que nuestra economía está íntimamente ligada a la de nuestros socios comerciales, sobre todo la de Estados Unidos. Sólo el comercio con ese país equivale al 60% de nuestra economía, y esta misma semana conocimos el incremento en el porcentaje de las importaciones que EUA hace desde México, por encima de Canadá y sólo después de China, que ha venido perdiendo terreno como proveedor de mercancías para EUA. Sin embargo, la labor de Tatiana Clouthier en la relación bilateral se hizo patente en el Diálogo Económico de Alto Nivel en la pasada edición del 13 de septiembre, donde habló de una posible inversión de hasta 50 mil millones de dólares, de la integración comercial, de la inversión en México para el desarrollo de semiconductores y otras oportunidades para el país.
Entre las consecuencias de su salida está la pérdida de una voz que se hacía escuchar, con la cual el empresariado se entendía y de quien se tenía la certeza que sostendría sus posturas y compromisos en el interior del gobierno, así no fuese fácil ni cómodo. Se quedan acéfalas dos carteras poco bombásticas pero muy necesarias y relevantes para el crecimiento sostenido e incluyente: la de la inversión, que una vez más está estancada con los datos de junio y julio, y más de 10% por debajo de los niveles que había a finales de 2018, y la de las MiPyMEs, que dan siete de cada 10 empleos en México, pero no reciben incentivos ni acompañamiento para su formalización y crecimiento.
El reto está en saber quién llega a ocupar la secretaría de Economía. Esperamos un perfil técnico, que sepa llevar la relación trilateral con EUA y Canadá en el marco del TMEC, pero que también tenga la capacidad de dialogar con el sector privado y generar certidumbre para más y mejores inversiones. Ese perfil podría ser el de la actual subsecretaria Luz María de la Mora.
@Sofia_RamirezA
Sofía Ramírez Aguilar es directora de México, ¿Cómo Vamos?
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