Las fotos de Olena Zelensky llegan en un momento en el que ya nadie hablaba de una guerra lejana “que pasó de moda”. Sale este artículo en Vogue y nos obliga a mirarla de nuevo. Y resulta un shock. Las fotos nos enfrentan como nunca antes, y de manera muy efectiva, al hecho de que la guerra les sucede aun a mujeres bellas y elegantes que leen –o salen– en Vogue, aunque vivan en el palacio más hermoso de un país y tengan la ropa más elegante. El contraste belleza-destrucción que muestran no busca banalizar la guerra, sino mostrar cómo la guerra lo invade y lo destruye todo a su paso.
Las fotos destruyen el romance que la historia sostiene con la guerra “de héroes”. Nos muestran la fealdad. Nos muestran a la mujer, una que, a pesar de la destrucción, camina firme, mira de frente. Esta es una novedad, porque la historia se ha encargado de borrar a las mujeres de la narrativa de guerra. Con la publicación en Vogue no hay manera de ignorar que ésta es también asunto –y sufrimiento– de mujeres, no sólo de hombres. Vogue y su sujeto buscan visibilizar este hecho, además de subrayar que la guerra continúa, que no debemos olvidarla.
¿Es apropiado que la esposa de un presidente de un país en guerra salga en Vogue? No olvidemos que los Zelensky son una pareja presidencial joven que lidia bien una guerra moderna donde no sólo hay bombardeos con pólvora, sino también bombardeos en los medios y en las redes. En los medios, la pareja presidencial de Ucrania ha sabido ser muy efectiva y ha conseguido así la empatía mundial y el apoyo con armamento y tecnología. Esta es una lucha de la era moderna: la de las redes y los mensajes instantáneos. Aún en el bombardeo de mensajes, Putin es Goliat y los Zelensky son David, así que han tenido que atreverse a romper con antiguas maneras de hacer las cosas.
Y sí, los han criticado muchísimo por romper paradigmas. A él también: se tomó una controversial fotografía para algún periódico en esa misma escalera (de los sacos de arena) y, curiosamente, a los críticos no les gustó su pose y su ropa informal. A ella ahora la critican por formal y bella con el mismo fondo. Porque en las fotos de Vogue también entendemos esto: él no está solo, ella lucha a su lado. Entre ambos han logrado mucho más alzando su voz y aprovechando su imagen que quedándose callados. Él ha aparecido en importantes foros que tienen más que ver con cultura popular que con política, pero ha conquistado la imaginación y la buena voluntad internacional. Nos han mostrado el éxodo de su pueblo y han sido clave para que el mundo les abra las puertas y, sin embargo, se han quedado en su país, y lo demuestran.
Me parece acertado que ahora sea ella la que saque la guerra del nivel de típico documental y lo ponga en el de todos los días, de todas las personas, de todos lados: ahí es donde en realidad existe –y puede surgir– la guerra. Es bueno reconocerlo. Es bueno decir: si le sucedió a ella le puede suceder a cualquiera. A mí. Estoy segura de que hoy hay muchos lectores de Vogue que no pueden olvidar las fotos de Olena.
@msofiasegovia
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
Más de 150 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes. Suscríbete y sé parte de Opinión 51.
Comments ()