Por Soledad Durazo
Sirva la efemeride, el día internacional del trabajo infantil que se conmemoró ayer 12 de junio, para detenernos a conocer más sobre el tema.
Empezaremos por destacar que no todas las actividades económicas realizadas por niños y niñas se consideran trabajo infantil. Algunas de ellas ligeras y adecuadas para su edad, bajo condiciones seguras, supervisión y orientación de adultos responsables, son aceptables y pueden contribuir al desarrollo de las infancias.
Creo que la adultez nos permite dimensionar la importancia para nuestra formación, el hecho de haber tenido responsabilidades adecuadas a nuestra edad cuando éramos niños.
El haber tenido la fortuna de que aquellas responsabilidades no nos sacaran de nuestra etapa infantil y tampoco nos hicieran abandonar la escuela, ni nos impidieran jugar y tampoco nos hayan forzado económica, física o sexualmente a trabajar, no podemos ignorar que hoy día ell trabajo infantil es una realidad alarmante en México y en muchos otros países alrededor del mundo. Afecta a millones de niños y niñas, privándolos de su infancia, su educación y sus derechos fundamentales. Es una problemática compleja que requiere de acciones urgentes y coordinadas por parte de la sociedad, el gobierno, las organizaciones y cada individuo para ponerle fin.