Soledad Durazo.

La maldición de los López

Según datos del INE al 2018, Lòpez es el cuarto apellido más común en México. Aquí algunas referencias a dos personajes que guardan similitud, más allá del apellido.

Las coincidencias entre los JR mexicanos

“Es el orgullo de mi nepotismo” dijera José López Portillo, el presidente de México, el mismo que hiciera famosa aquella frase de “defenderé al peso como perro”, al referirse a su junior, su primogénito: JR, José Ramón López Portillo Romano,

a quien en cuanto tomó el cargo como Presidente, nombró en puestos políticos (sin experiencia alguna). Donde más se le recuerda es en el de Subsecretario de la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto, la misma que encabezaba quien luego se convertiría en el presidente del “mal agüero” Miguel de la Madrid Hurtado (las explosiones de San Juanico en el 84 y el terremoto del 85).

Y fue desde ahí, desde esa subsecretaría, donde se orquestó la nacionalización bancaria que muchos años después terminaría dando el lugar a otra catástrofe: el Fobaproa. Pero esa es otra historia.

José Ramón López Beltrán, el hijo primogénito del López actual, el mismo JR que en 2001 chocara su Cherokee contra una patrulla siendo su padre Jefe de Gobierno del extinto Distrito Federal, el jr, que mandó en el estado de México lo que debía hacer el partido creado por su padre, el que tambièn se benefició del programa Sembrando vida para su fábrica de chocolate Rocío y que hoy vive en Houston una vida de millonario, que de casado comenzó habitando una casa si no blanca, si enlodada.

Censura disfrazada de libertad.

Aquella frase “No les pago para que me peguen”, de JoLoPo, se parece tanto al Quién es quién en las mentiras de nuestro López actual que todos sabemos es un “los exhibo para que se callen”, o les pago para que me representen si son de los míos. Ahí están los nombramientos de periodistas: embajadora en Turquía, Isabel Arvide o el DIF para Nuria Fernández…

Cuando López Portillo nacionalizó la banca dijo que no se iba a perder ni un peso, que solo cambiaban de dueños… Lo mismo dijo AMLO al cancelar el Aeropuerto Internacional de la CDMX (NAIM), que las empresas serían indemnizadas, y se contrataría a otros.

JoLoPo, el López de antaño, se autonombró el último Presidente de la Revolución (la Tercera Transformación)
AMLO, nuestro López de todas las mañaneras, el primer Presidente de la Cuarta Transformación.

López Portillo ejerció poder absoluto y puso en crisis a las instituciones (de 1976 a 1982).
López Obrador también ejerce el poder absoluto y ha mandado “al diablo las instituciones”.

López Portillo con lágrimas de cocodrilo pidió perdón a los pobres por haberles fallado. Y dejó al país sumido en la pobreza.
López Obrador pese a su postulado “primero los pobres” gobierna un país donde la pobreza ha aumentado exponencialmente.

¿Hablamos de sindicalismo y los “exitosos” cambios?

“Por desfortuna la imagen colectiva que se tiene de no pocos dirigentes sindicales es la perpetuidad en el poder y las malas prácticas que en ocasiones distan de representar a las y los sindicalistas, es decir a la base trabajadora. El régimen que nos fue heredado propició o cuando menos fueron omisos respecto a las fortunas hechas por personajes como Carlos Romero Deschamps, Víctor Flores u otros que dejamos en la mente de todos ustedes. Los contratos colectivos se convirtieron en monedas de cambio sólo entre cúpulas y…” declarara la senadora Margarita Valdez, morenista.

¡El chiste se cuenta solo!

¿Muestras?, sobran.

La dinastía minera de los Gómez.
Napoleón Gómez Sada padre, 40 años líder minero (de 1962 a 2002) y senador en dos ocasiones. Una, obvio, en época del mayor populista JoLoPo; o sea herencias de López Portillo que recibe y cobija gustoso López Obrador. Rescata al hijo, al JR Napoleón Gómez Urrutia, desterrado en Canadá, huyendo de la justicia tras haberse quedado con los 55 millones de dólares del sindicato minero en Cananea, lo protege y hasta lo hace Senador.

Gómez Urrutia, Napito, heredó el cargo de su padre, en una “ejemplarmente amañada” elección sindical. Desde 2018 es Senador de Morena pese a ostentar la nacionalidad canadiense que usa para viajar en primera clase al extranjero. Sin duda, un aspiracionista…Las similitudes, tantas, del sindicalismo oficioso en México…

Recién nombran ganador de las elecciones para Sindicato de Pemex a Ricardo Aldana, a todas luces, el delfín de Romero Deschamps y ¡todavía le llaman “jornada histórica”!, histórica por la historia de corrupción del sindicalismo en México.

Solo por citar un par de ejemplos.

Los parientes de la 4T

Lucía Buenrostro Sánchez, vicepresidenta de la comisión nacional bancaria y de valores, es hermana de Raquel Buenrostro Sánchez, jefa de SAT.

Luisa María Alcalde Luján, secretaria del trabajo y Bertha Alcalde Luján, responsable jurídica de COFEPRIS, son hijas de Bertha Luján Uranga, actual presidenta del Consejo nacional de Morena.
Arturo Alcalde, padre de las primeras y esposo de la última, firma como asesor de AMLO y fue quien se sentó a la mesa con Kamala Harris, vicepresidenta de los EU, a revisar el TMEC, es abogado sindicalista.

Román Meyer Falcón, secretario de SEDATU, hijo de Lorenzo Meyer y Romana Falcón, sin experiencia política y administrativa previa y recientemente el Presidente propuso el nombramiento de Lorenzo Mauricio Meyer Falcón, hermano del primero e hijo de los ùltimos, como consejero independiente del Consejo de PEMEX.

Nunca mejor entendida aquella frase del López de los 70: estamos al borde del abismo y hemos dado un paso adelante.

En la época de los populistas, de JoLoPo, por ejemplo, todo lo que decía sucedía exactamente a la inversa. La lectura política de entonces era: si dijo sí, es ¡no!

AMLO engloba en sí mismo lo que más odia.
Lo tienen que traducir, igual que a Fox.
Si dice que no sube la luz, ésta sube; si dice que respeta la libertad de expresión, denosta constantemente por nombre y apellido a los periodistas que no están a modo.
y también como a JoLoPo, le gusta que le hablen al oído.

Para colmo, aquel López se hizo de una colina del perro y el López del presente desde la colina de las mañaneras no deja de culpar al pasado porque los López de entonces, tienen la culpa de todo.