Por Soledad Durazo
En cualquier Estado de derecho, conocer y debatir acerca de los servidores públicos que lideran a los órganos autónomos es fundamental para defender el sistema de equilibrio de poderes que posibilita una sana democracia. Además, este tema es clave en el contexto mexicano actual, donde dichos organismos tendrán un papel trascendental en el próximo proceso electoral de 2024.
Así como a lo largo del presente sexenio se ha discutido ampliamente la renovación del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), o el perfil de la actual titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ahora es necesario hablar de la renovación de la presidencia del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), un órgano autónomo que en los últimos meses ha ganado espacio en la opinión pública debido, precisamente, a cómo ha sido atacado mediante una campaña de desinformación y por cómo se ha defendido mediática y legalmente para volver a operar con normalidad dada su importancia para conocer el quehacer de las instituciones públicas.