Por Sonia Garza González
En un convivio reciente surgió la conversación acerca de la oportunidad de dar el salto de ser empleados a ser emprendedores en el año que está por llegar. Las preguntas explícitas de si sería buena idea o cuándo es el mejor momento para emprender, me hizo pensar varias cuestiones.
A estas alturas de mi existencia, considero que no hay una respuesta única. En mi opinión, el mejor momento es ya, cuanto antes mejor. Alguna vez escuché en un conversatorio empresarial que el mejor momento para emprender es cuando las personas tienen la edad más productiva, la lucidez mental, incluso que se encuentren físicamente plenas; sin embargo, creo que, si ese tiempo ya pasó, el mejor momento es ya, ahora.
No hay que perder de vista que ser emprendedor significa agregar valor a la sociedad, es resolver un problema, ayudar a hacer un mundo mejor, que tengan una causa de beneficio para todos, que la finalidad no sea ganar dinero a toda costa, sino ganar dinero y agregar valor para la sociedad, con una visión de ganar-ganar, donde el dinero es una consecuencia de hacer las cosas bien.
En un mundo altamente competitivo y donde la sistematización o digitalización está cada vez más presente, es imperativo tener una mentalidad abierta y buena disposición para estar siempre aprendiendo, con la apuesta permanente de agregar valor a nuestros productos o servicios, innovar y, así, diferenciarnos de la competencia. Algo que resulta esencial es capacitarnos permanentemente, no sólo para crecer y expandir el emprendimiento, sino para operar en crisis, en momentos de incertidumbre. Porque cuantos más recursos acumulemos, mayor reserva de los mismos tendremos para cuando surjan circunstancias desafiantes.
El éxito de un negocio depende de muchos factores. Sin embargo, las virtudes y cualidades de quien emprende pueden aumentar considerablemente las posibilidades de alcanzar dicho éxito. Sabemos muy bien que cuando las empresas logran certificarse, brindan valiosos diferenciadores en el mercado que les ayuda a obtener un mayor reconocimiento y posicionamiento en su cadena de proveedores como en su cartera de clientes, redondeando el círculo virtuoso que todo emprendedor anhela.
Como toda disciplina, oficio o profesión, debemos ser agentes activos de nuestra formación ininterrumpida, máxime si de verdad queremos construir un legado material con nuestros negocios, y un soporte de bienestar personal y social.
En este sentido, considero que el empleo debe ser una estación temporal en el camino hacia el emprendimiento. Es importante adquirir experiencia y conocer las prácticas del mercado para que podamos replicar las que consideremos mejores en nuestros negocios.
Actualmente, en el ecosistema emprendedor existen múltiples ideas y modelos de negocios. Comenzar un nuevo año nos motiva a hacer balance y ajustes para iniciar una nueva etapa, no solo en lo personal, sino también en lo profesional. Emprender es una aventura transformadora. Si alguien te cuenta que tiene una idea de negocio, motívalo/a, compartiendo que se acerque a expertos que ya han recorrido este camino en su sector. Y si tú eres la persona que está pensando incorporarse al mundo de los negocios, atrévete y apuesta por tus sueños. #Bienvenido2025
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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