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Por Sonia Garza González

Hace unos meses, la doctora Claudia Sheinbaum pidió licencia para separarse de la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, con el objetivo de “convertirse en la primera mujer en alcanzar la Presidencia en nuestro país”, abanderando el partido Morena que encabeza el gobierno actual. En el trayecto, los partidos de oposición han estado buscando a sus candidatos, resaltando dos políticas, quienes también levantaron la mano y la voz. Me refiero a Xóchitl Gálvez y a Beatriz Paredes (quien posteriormente declinara a favor de Xóchitl Gálvez).

Sin afán de ahondar en sus trayectorias o ideales, sus grupos políticos o sociales que las respaldan, lo cierto es que, una vez más, se abre la importante interrogante de si México está preparado para una mujer presidenta.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.