Por Sophia Huett
Mientras que en los años 2017 y 2018 se aseguraban entre 34 mil y 37 mil vehículos robados o relacionados con la comisión de un delito, en el año 2022 la Guardia Nacional aseguró 4,602, cifra que disminuyó aún más en 2023 para quedar en 4,280 vehículos asegurados.
El cambio en el modelo de seguridad de la pasada administración, representó una disminución de más del 85% de vehículos asegurados. Nada más.
En cuanto a robo en carreteras federales, en 2018 se registraron 311, cifra que comenzó a incrementarse en 2019 con 966 casos y que llegó a su punto máximo en el año 2021 con 1,229 probables robos, de los cuales, el 68% se concentraban en camiones de carga.
En 2023 ocurrió lo que podría denominarse un milagro o un caso de éxito extraordinario del área especializada en atención a carreteras de la Guardia Nacional: solo 160 robos. ¿Es una cifra apegada a la realidad? Y si así lo es, ¿por qué no presumir? Porque, en los números, se trata de la cifra más baja de robo a carreteras desde el año 2017, cuando se reportaron 434 casos.
Para el caso de hechos de tránsito, en 2023 regresamos a la cifra del 2016: más de 12 mil 500 accidentes, en contraste con la cifra más alta registrada en los últimos años, que fue de más de 15 mil en 2023. ¿Alguna acción estratégica para mejorar tanto en poco tiempo?
Apenas en octubre pasado, 24 personas fallecieron al viajar en un autobús de pasajeros en Zacatecas, que es un recordatorio de las grandes tragedias de los últimos años en las vías federales.
En diciembre de 2021 un tráiler que transportaba más de 160 migrantes, sin que fuera detectado, volcó, dejando una cifra de 56 personas fallecidas.
En julio de 2023 se volcó un autobús en Oaxaca, con un saldo de 29 personas muertas.
También en 2023, durante el mes de agosto, un autobús cayó en un barranco en Baja California, lo que dejó sin vida a 15 personas.
Zacatecas tiene igualmente un antecedente en septiembre de 2022, cuando un autobús de pasajeros chocó con otro, causando 19 pérdidas humanas.
Se incluye en este periodo el accidente que dejó 16 personas fallecidas en Sonora, luego de que un autobús que se dirigía a la frontera norte, chocó con varios vehículos.
¿Hay una siniestra fuerza que ha provocado un mayor número de accidentes en los últimos años? No. Es la falta de revisiones de condiciones físico mecánicas de vehículos, puntos de inspección vehicular y seguir al pie de la letra la Norma Oficial Mexicana de pesos y dimensiones para el transporte. Ya no hablemos de aquellos que clamaban por la erradicación de los doble semirremolque por el alto grado de peligrosidad que representaban.
A ello se suma las afectaciones económicas a los usuarios de las vías federales cuando deben esperar horas a que tras un accidente, de cualquier magnitud, la vía sea liberada por personal sin experiencia.
¿Por qué llegamos a este punto? Gradualmente se dio de baja al personal especializado en caminos de la institución civil que desaparecieron y fueron sustituidos por personas sin conocimiento de las leyes de tránsito y reglamentación en vías federales, así como en capacidades operativas para la atención de incidentes.
A ello se suma la ausencia de labores de investigación e inteligencia, así como una sana relación y coordinación con cámaras empresariales y organizaciones del transporte.
Y todo pasa por la carretera: el sicario, el arma, la droga, las municiones, la mercancía, el hidrocarburo. Y pasa con pocos obstáculos y atención.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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