Por Stephanie Henaro
La vida tiene un sentido del humor muy negro y justo cuando parecía que la geopolítica nos tiraba una soga para no ahogarnos en el océano de la crisis global, parece que hay un complot que tiene como fin matar al nearshoring.
La Reforma judicial es la autora del crimen y más allá del paro inédito de los trabajadores del poder judicial a nivel nacional, el estrangulamiento al nearshoring ya está poniendo a la economía del país de color morado, porque la está dejando sin aire.
Lo peor de todo es que está pasando a plena luz del día y muy “a la García Márquez”, se está convirtiendo en la crónica de una muerte anunciada que destaca por amarga con el peso depreciándose por tercera jornada seguida cerrando en 19.2762 pesos por dólar en el mercado internacional, después de haber cerrado el martes en 18.99 unidades, encabezando las pérdidas de la sesión entre una cesta de divisas globales.
A lo que habrá que agregarle que esto también ya pasó factura en las recomendaciones de Morgan Stanley para invertir en renta variable dentro del mercado mexicano y degradó al país al rango de UW, que se traduce en una recomendación a sus inversionistas de reducir la participación en la cartera de inversión en México.