Por Stephanie Henaro

A Estados Unidos lo cacharon con la otra. Los votantes se dieron cuenta que Kamala Harris no era la única mujer en la elección presidencial y ahora su atención está más dividida que de costumbre.

Porque la otra, que no es otra más que la economía, tiene la sartén por el mango y es capaz de hacer ver guapo hasta a Donald Trump, si así lo decide.

Y es que desde que Joe Biden se fue y se llevó consigo el olor de su experiencia, el perfume de la economía se hizo presente y les recordó a los estadounidenses el malestar que desde hace rato tienen en la cartera. 

La tasa de desempleo en Julio subió al 4.3% y esto es lo más alto que ha llegado a estar desde el 2021, cuando estábamos en plena pandemia. Mientras que el PIB que logró crecer un 2.8% en la primera mitad de este año, amenaza con reducirse a un 2% en lo que resta. Mientras que los precios son un 20% más altos desde que Biden llegó a la Casa Blanca, con todo y que la inflación se ha reducido.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.