Por Stephanie Henaro
La pausa del presidente López Obrador con las embajadas de Estados Unidos y Canadá es diferente a la causa.
Los nervios provocados por la Reforma al poder Judicial sacan del closet a la especie de federación norteamericana en la que nos hemos convertido con la firma del T-MEC -aunque nadie se atreva a decirlo- y también, lo vulnerables que seguimos siendo ante EEUU por nuestra dependencia económica. Esa es la causa y también la causa de los berrinches.
Por eso es que la pausa del presidente no va más allá de las embajadas y también es por eso, es que por más que tenga sueños bolivarianos , como ya lo ha expresado en los foros de la CELAC, la realidad lo ancla en América del Norte, y este es un amable recordatorio de que las batallas contra la geografía rara vez se ganan.