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Por Stephanie Henaro

Todo cambia, incluyendo a Ken Salazar. En alguna ocasión la cercanía del embajador de Estados Unidos en México preocupó al gobierno de Joe Biden, pero ahora se encuentra lejano y hasta incomoda.

En los últimos meses de la administración de López Obrador se desató, alzó la voz en contra de la Reforma al Poder Judicial y eso resultó en un cambio de apellido.

El expresidente de injerencista, no lo bajó. ¿Por qué no pasó eso cuando dijo que “no estaba seguro de que las elecciones del 2006 hubieran sido limpias”?

Tal vez porque no convenía, de la misma manera que la forma en que cerró la relación bilateral más importante de México en tiempos de AMLO y la forma en la que abrió con la actual Presidenta Claudia Sheinbaum, no le conviene a México. 

La continuidad aplicó hasta en esto y ahora el embajador estadounidense sigue estando desatado, diciendo que nunca entendió lo de la pausa, que AMLO rechazó ayuda de EEUU para combatir la inseguridad, que es innegable que la estrategia de “abrazos no balazos” fracasó y que para acabar con el crimen organizado y la violencia, México necesita la ayuda de su país. 

Lo que está diciendo no es nada nuevo, pero lo que sí es nuevo es el tiempo.  ¿Por qué lo dice hasta ahora? ¿Por qué no lo dijo antes cuando soltaron a Ovidio Guzmán? O ¿Cuando AMLO todavía estaba en el poder? ¿Acaso ahí México no necesitaba la ayuda y la estrategia de abrazos y no balazos sí funcionaba?

Todo parece apuntar que esta es una capa más de la cebolla que huele mal en la relación bilateral, que ilustra la desconfianza, y que esconde la verdad de la llegada a Estados Unidos del Mayo Zambada y de Joaquín Guzmán López. Sino, ¿por qué estaría hablando de la violencia y de una estrategia de seguridad nacional fallida?

Lo último resuena con el presidente electo y con la reorientación de sus intereses que se dejan ver con los nombramientos en su gabinete. La nueva política exterior de Donald Trump se llama frontera, frontera, y más frontera. Por eso vale la pena recordar que trae en la mira designar a los narcos como “narcoterroristas” y con eso el ejército de Estados Unidos comandado por Pete Hegseth, veterano y presentador de Fox News podría intervenir en territorio mexicano, bajo la premisa de seguridad nacional.

Acabar con el narco y que “los gringos nos salven” suena maravilloso, pero también hay que tomar en cuenta que el ejército de nuestro vecino del norte no ha sido el más exitoso a la hora de reconstruir democracias. Tan sólo hay que pensar en el caso de Afganistán para confirmar esto.

Además de que Estados Unidos tendría que reconocer su parte del problema, después de todo, han trabajado mucho para convertirse en el mercado más grande de drogas en el mundo. 

Más allá de todo esto, y regresando al tema de los dardos del embajador Salazar, hay que reconocer que la presión de EEUU no es menor, nuestra economía depende en gran medida del comercio con ellos y esto podría darles la suficiente fuerza para ser el que se meta en medio del matrimonio ideológico de López Obrador y Sheinbaum en temas de seguridad. Las cosas de dos, no funcionan con tres en la cama. 

¿Se tratará de “un patriota” o de sólo alguien con intereses?

Vaya cambio el de Ken, ojalá y hubiera hablado antes. 

El último en salir, apague la luz.

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@StephanieHenaro

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