Un homenaje a la mujer moderna de Opinión 51 en colaboración con Tiffany & Co.
El despertador suena todos los días a las seis de la mañana, Alma Rosa García Puig comienza el día con su rol más importante, el de mamá. Despierta a sus hijos, los viste, les da de desayunar y los lleva al colegio. Continúa con un breve momento personal, el de ir al gimnasio y arreglarse para comenzar la jornada laboral.
A partir de ese momento, Alma Rosa se convierte en ejecutiva. Ella es una de las mujeres más respetadas en los puestos de liderazgo y alta dirección en el país, también es experta en vender, rescatar y hacer crecer grandes empresas. Sus actividades no se detienen hasta la hora de la comida, que procura regresar a casa para comer con sus hijos; pero si la agenda no lo permite, entonces intenta llegar temprano a casa. Hay días que ni uno, ni otro o los días de viaje y toca estar presente en alguna tarea de inglés por videollamada.
La vulnerabilidad existe cuando una mujer quiere ser la mejor mamá y la mejor ejecutiva al mismo tiempo, pero a la vez ahí radica su más grande fortaleza, pues hoy acepta que habrá días que será la mejor ejecutiva y la peor mamá y viceversa, porque ningún día es igual en su agenda.
“En la vida no tienes lo que esperas, sino lo que negocias”
García Puig fue parte del primer equipo que fundó Cinemex en México, asumió distintos roles de liderazgo dentro de la organización hasta llegar a la dirección general, en esa posición y tiempo después, le tocó concretar la venta de toda la cadena de cines a Grupo México. La industria del cine representó su primer reto, no tanto por lo que tenía que liderar sino por las personas con las que debía de tratar… "Hombres de traje y mucho poder, grandes expertos de la cinematografía en México y en el mundo. Estaba en el terreno de la vieja escuela, donde no hay espacio para proponer, porque las cosas se hacen como siempre se han hecho."
No es fácil venderle humo, de hecho es imposible. Al frente de esa dirección comenzó a forjar un carácter más duro y finamente intuitivo como negociadora y gurú de los números; intuición y simples matemáticas con modelos predictivos que le ayudaban a proyectar distintos escenarios con los cuales negociaba la exhibición de películas y otras líneas de negocio. Con suma elegancia logró doblegar a aquellos hombres bien trajeados para después ser ella la que daba los consejos de cómo llevar los estrenos más taquilleros en México.
“Nosotras mismas nos ponemos el techo de cristal”
Después de una larga carrera en Cinemex, se fue a la industria del retail, asumiendo la dirección general de la cadena de tiendas 3B, ella misma lo describe como un universo completamente diferente al que estaba acostumbrada, pero absolutamente interesante. Ahí llegó su primer hijo y las prioridades comenzaron a transformarse y adaptarse, pues decidió ser una mamá presente sin dejar de lado su carrera profesional, aunque en el momento eso implicara mucho más esfuerzo.
Un tiempo después, Grupo ADO la buscó para la dirección general de la cadena de cafeterías Cielito Querido Café con más de 100 tiendas a nivel nacional y ocho años de existencia como marca. Este reto le pareció mucho más familiar, porque más allá de hacer crecer la empresa, se trataba de construir una sana cultura organizacional, reducir drásticamente la rotación de personal y que permeara la esencia de la empresa que buscaba vender más allá de solo café, sino un pedacito de lo que es México. Tiene la magia y un liderazgo fino para hacer que cualquier equipo se sienta identificado con la cultura organizacional y encaje con la pasión de hacer las cosas bien y de manera diferente.
Durante su tiempo al frente de esa dirección, le tocó de nuevo negociar la venta de la cadena, en esta ocasión a Grupo Hérdez.
“Es más alta la rentabilidad en el largo plazo cuando existen liderazgos femeninos al frente de las organizaciones.”
Recientemente dejó la posición de dirección general de Great Place to Work México para continuar creando desde otras trincheras en donde también ha construido a lo largo de los años. Mientras tanto, la próxima organización que le toque liderar, será un lugar que comulgue con sus valores personales y le haga inmensamente feliz, por lo tanto, el futuro no pinta incierto, sino negociable.
Al anochecer y después de acostar a sus hijos, Alma Rosa García Puig comienza a estudiar dos maestrías en línea y cierra su computadora a la medianoche para volver a comenzar a las seis de la mañana.
“La dirección general es el puesto más solitario”
En todas las fotografías Alma Rosa lleva joyería de Tiffany & Co.
Foto: Santiago Ruiseñor | Maquillaje: Roberto Sierra
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